Un par de mantarrayas fueron vistas paseando la zona de playa en Punta Cocos, en el interior de la Isla Holbox, una situación poco usual tanto para locales como para los turistas que llegan a este destino.

En un video captado por el lugareño José Peraza se observa a estos animales, cuya longitud puede llegar a ser de hasta cinco metros, nadar en aguas poco profundas y asomar sus aletas.

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De acuerdo con el buzo Alberto Friscione, también autor del documental El Valle de las Mantas, son peces cartilaginosos de la familia de los tiburones, pero extremadamente amigables con el hombre.

Karen Fuentes, de Manta Caribbean Project, indicó que su acercamiento a las costas es un hábito normal, solo que muchas veces no se documenta. Una de las razones por las que llegan hasta las orillas es porque los juveniles nadan en aguas poco profundas.

“No es raro que puedan acercarse tanto a la costa o playas, se han observado y registrado mantas en Isla Mujeres e Isla Contoy muy cerca, entre dos y 10 metros de la línea de playa”, dijo la especialista.

El acercamiento de estas especies fue asociado a la escasez de turistas a causa de la contingencia derivada del virus Covid-19. No obstante, esta especie está presente en el Caribe Mexicano y la zona del Golfo durante el año.

“La razón por la que las mantas se pueden acercar a la costa es que especímenes juveniles se podrían estar alimentando en aguas poca profundas, otra es que en adultos el comportamiento de cortejo”, refirió.

El “Valle de las Mantas”, documentado por Alberto Friscione, se encuentra a 65 kilómetros de Cancún, hacia el norte, y es un sitio prácticamente inaccesible para el hombre común. Ahí conviven y se alimentan unos 30 individuos que llegan a pesar más de una tonelada. Sin embargo, refiere el buzo, son animales que se mueven todo el tiempo de lugar.