Cancún: Contribuyen las abejas meliponas a conservar la ciudad; tú puedes colaborar

La adopción de colmenas rescatadas de áreas devastadas permite recuperar la vegetación en las urbes, afirma experto.

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Las abejas meliponas, endémicas de la Península de Yucatán, no tienen aguijón y, por tanto, son inofensivas para las personas. [Foto: cortesía / Elmar Romero]
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CANCÚN, Q. Roo.- En Cancún, año con año, se pierden decenas de hectáreas de selva ante la creciente demanda de vivienda y servicios urbanos, dañando cada vez más los hábitats de las abejas nativas, que por siglos han conservado las frondosas áreas verdes de la región. 

Frente al “avasallante” crecimiento urbano en el Caribe mexicano, lo que queda es conservar a los polinizadores para evitar la pérdida e incluso incrementar la vegetación urbana, para una mejor calidad de vida, sostiene el rescatista de abejas Elmar Romero López, de Miel Curativa Maya. 

Desde hace tres años el apicultor inició con el proyecto “Padrino”, que ha puesto en adopción más de 200 colmenas rescatadas de áreas de selva devastadas. Se trata de abejas meliponas, endémicas de la Península de Yucatán, que no tienen aguijón y, por tanto, son inofensivas para las personas. 

Como resultado, cuenta a Novedades Quintana Roo, los hogares que recibieron a estas abejas ahora poseen grandes plantas, árboles e incluso huertos frutales, derivado del servicio de polinización que ofrecen estos insectos, declarados como los seres vivos más importantes del planeta, según el Eearthwatch Institute. 

Melipolicultura urbana

“La melipolicultura urbana ayuda a que la ciudad recupere áreas verdes o se conserven más. Cuando uno transmite a la ciudadanía la importancia de estos insectos en el medio ambiente, lo que hace es empezar a reforestar. Una mayor vegetación nos ayuda a regular la temperatura, mantener el aire limpio, ciudades con una mejor calidad de vida para las especies urbanas”, dijo el rescatista de abejas. 

Explicó que la presencia de polinizadores en las zonas urbanas ayudan a que la vegetación existente no esté en condiciones de estrés por la contaminación y otros factores, para que ésta cumpla con sus funciones dentro del ecosistema. Al adoptar una colmena, las familias se comprometen a cuidar que estén en óptimas condiciones para su conservación. 

A cambio, reciben los beneficios que las abejas brindan: jardines y huertos siempre vivos, llenos de flores y frutos, árboles en óptimo estado e incluso miel orgánica. El proyecto, abunda Romero López, busca conservar la genética de las abejas nativas de la región, las que durante miles de años han hecho posible que la selva maya sea una de las regiones con mayor biodiversidad en el mundo. 

Para adoptar una colmena, las personas pueden comunicarse con el líder del proyecto a través de su página de Facebook “Miel curativa tradicional maya y rescate de abejas”.

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