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Los padres deben estar vigilantes de que los hijos no adopten malas costumbres, sino que tengan un crecimiento sano y feliz. (Luis Soto/SIPSE)
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Selene Hidrogo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Si un niño se muerde las uñas todo el tiempo, puede desarrollar infecciones, y si se chupa los dedos puede desarrollar problemas de formación dental. Estas acciones se convierten en un hábito que puede detonar una enfermedad más grave, y cuando se produce con tanta frecuencia se puede convertir en un comportamiento obsesivo, reveló una investigación de la organización Kids Health. 

Por su parte, la coordinadora de Psicología del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Evelyn Parra Sánchez, explicó que la conducta infantil depende de las enseñanzas de los padres, quienes deben estar pendientes de que los menores no desarrollen hábitos desagradables que afecten las relaciones sociales y el comportamiento diario.

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El DIF promueve que los padres prediquen con el ejemplo, pues es uno de los mejores métodos para que los niños no crezcan con malas costumbres y hábitos, debido a que aprenden más por lo que ven en su casa que por lo que se les dice, especialmente si es algo contradictorio.

 “El niño tiene que saber que lo que hace no es del agrado de sus padres, esto debe ser trasmitido por los ellos de manera clara y firme pero sin llegar a regañarlos, los niños buscan siempre agradar a sus papás, por eso con la correcta información cambiarán sus modos de comportamiento”, informó Parra Sánchez.

Las recompensas funcionan mejor que los castigos, cuando se abandone un mal hábito es bueno reconocerlo y premiarlo para que no regresen a hacerlo, y la motivación es una de las armas más potentes.

“La responsabilidad educativa de los padres está en aportar costumbres buenas que apoyen a sus hijos en tener un buen crecimiento sano y feliz, y hacer que los buenos hábitos no sean aburridos, monótonos o pesados y puedan convertirse en virtudes y valores humanos”, finalizó.

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