Carlos Joaquín salva la Expofer
Una confesión del secretario técnico del Ayuntamiento capitalino, Israel Rodríguez Aguilera, desnudó de nuevo la pésima labor de la dirección de...
Una confesión del secretario técnico del Ayuntamiento capitalino, Israel Rodríguez Aguilera, desnudó de nuevo la pésima labor de la dirección de Cultura municipal a cargo del iracundo músico Arturo Álvarez Cervera y del Instituto de la Cultura y las Artes que mal dirige la perredista Jacqueline Estrada Peña, ya que en un recorrido previo a la inauguración de la Expofer el funcionario reveló que estos organismos no hicieron la oportuna gestión para obtener los recursos para pagar a los artistas.
El colaborador del alcalde Luis Torres Llanes aportó el valioso dato ante una veintena de personas, entre regidores, autoridades del municipio capitalino y miembros de la sociedad civil, que quedaron perplejos cuando se enteraron que el Ayuntamiento tuvo que recurrir al gobernador Carlos Joaquín González para salvar el evento.
Esta omisión de los encargados del sector cultural, quienes tienen entre sus funciones la gestión de recursos para festivales y eventos del ramo ante organismos federales y estatales, impactó en la calidad de los artistas contratados. Porque el cartel cultural y musical de la Expofer 2017 ha sido de lo peorcito de los últimos tiempos, repleto de grupos de escasa trascendencia o en decadencia.
Pero salva el honor del Ayuntamiento la inclusión del tenor chetumaleño Joel Montero, artista internacional que ha logrado trascender en su disciplina; su arraigo y amor al terruño lo convierten en una opción de altísima calidad.
Pero es inaceptable que las omisiones de los organismos culturales sigan cerrando las escasas ventanas que tiene la capital para que sus habitantes se asomen a este tipo de espectáculos que rara vez llegan a nuestros dominios.
Apenas hace un par de semanas, Jacqueline Estrada –titular de nuestro dormilón Instituto de Cultura– confirmó la cancelación del Reggae Fest 2017, evento que estaba en rumbo de convertirse en una tradición chetumaleña y que atraía cientos de turistas a nuestra ciudad. La razón de su extinción fue la misma: no se gestionaron los recursos para su organización.
La indeseable historia se repitió con la Expofer, y de no ser por la intervención del gobernador Carlos Joaquín los eventos populares estarían para llorar.