Carlos Joaquín, un año después

Hoy se cumple un año del terremoto electoral que derrumbó al priismo comandado por el gobernador Roberto Borge...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hoy se cumple un año del terremoto electoral que derrumbó al priismo comandado por el gobernador Roberto Borge, encumbrando al ex priista Carlos Joaquín González en la gubernatura. La contienda del cinco de junio también derribó al PRI de tres sillas municipales: Cozumel, Solidaridad y el municipio capitalino de Othón P. Blanco, una catástrofe apocalíptica para un grupo gobernante que enfermó de despotismo, llevando a niveles de delincuencia organizada el saqueo de las arcas y del patrimonio de nuestro estado, muy raquítico a estas alturas.

Atacado cruel y descaradamente por Borge, quien le cerró las puertas del PRI para competir por la candidatura estelar, Carlos Joaquín se fortaleció en la adversidad hasta consolidarse como fenómeno electoral apoyado bajo el agua y abiertamente por priistas que acompañaron con todo el riesgo al hermano del ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell, entre ellos Luis Torres Llanes, exitoso candidato a la alcaldía capitalina “importado” por la coalición PAN-PRD.

Un año después de ese episodio de historia e histeria, el ex gobernador Roberto Borge ha sido acorralado y está a punto de seguir los pasos del veracruzano Javier Duarte de Ochoa; cuestión de días, dicen en los pasillos. La mayor parte de su equipo tiene cuenta de protección en el cuadrilátero, y las evidencias del saqueo han sido documentadas y exhibidas hasta el cansancio, pero la justicia avanza en cámara lenta.

A 12 meses de la caída del meteorito, Carlos Joaquín ha consolidado su liderazgo con una agenda que ha impulsado con mano quirúrgica, sin precipitarse y sin perseguir el acierto impactante y hueco. Algunos en su gabinete deben tomar nota de las cualidades y tino estratégico de Carlos Joaquín, ya que no avanzan a su ritmo y han llamado la atención por errorcitos y titubeos imperdonables en ese terreno.

Pero a Carlos Joaquín lo sorprende este aniversario con un desafío inmediato en el horizonte: el 3 de junio de 2018 serán las elecciones para elegir presidente de la república, dos senadores –y uno más de primera minoría–, cuatro diputaciones federales y 11 alcaldías.

El PRI es un partido que está listo para competir con todo y moretones, aunque algunas figuras competitivas de este partido emigrarían a la tierra prometida de Morena, el partido a vencer por la musculatura de Andrés Manuel López Obrador. El desenlace lo conoceremos precisamente en un año.

Lo más leído

skeleton





skeleton