Carlos Joaquín y la conciliación

Carlos Joaquín propone el diálogo ante un tablero político diverso...

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El discurso de conciliación del gobernador Carlos Joaquín González, lanzado el pasado ocho de octubre durante el festejo del cumpleaños de Quintana Roo, es una convocatoria con altísima carga política que deja intacta la marcha de los procesos penales contra exponentes del derrumbado gobierno priista que irán cayendo como frutos podridos en los dominios de la justicia.

“Hay que acabar con el enfrentamiento que nos ha estancado y dar paso a una cultura del diálogo, de comprensión, de trabajo y la legalidad. Nosotros estamos en este camino y debemos fortalecer nuestra actitud”, expresó Carlos Joaquín en la agitadísima jornada del pasado domingo.

Pero ese llamado al diálogo es un hecho significativo porque el primer gobernador no postulado por el PRI –aunque desprendido de sus filas y combatido por el gobernador Roberto Borge– no aventó una pieza oratoria efímera como luz de bengala, sino que tendió un puente muy sólido para el entendimiento con todas las fuerzas políticas y demás protagonistas.

Carlos Joaquín propone el diálogo ante un tablero político diverso, con dos fuerzas políticas muy sólidas: el PRI y el Verde Ecologista, donde está ausente el ánimo de confrontación y predomina la voluntad de dialogar, respetando las mutuas esferas de poder.

No debemos perder de vista que Carlos Joaquín militó en el PRI e intentó competir por la gubernatura con la casaca tricolor, pero la furia del gobernador Roberto Borge lo obligó a enfrentar a su partido de origen.

 “Remontemos los espacios de la intolerancia”, manifestó Carlos Joaquín en la cúspide de un poder que arrebató al envenenado PRI de Roberto Borge, impulsado por un vigor electoral que nunca se había manifestado en estos rumbos, al menos en una elección local como la del cinco de junio de 2016.

“Ratifico mi voluntad de seguir convocando a todos, vengan de donde vengan, dejando de lado las etiquetas y las exclusiones”, dijo Carlos Joaquín en su mensaje de domingo que se impone a la distancia, una vez disipado el escándalo.

Pero los procesos penales contra los malos de la película siguen su curso, por ser un obligado acto de justicia reclamado por Quintana Roo y que no deja espacio a la alternativa. 

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