Cemento para el Tren pone en riesgo el agua limpia en Q. Roo

El material compromete al agua cristalina de los ríos subterráneos de la Península de Yucatán a perder su calidad.

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Cemento para el Tren pone en riesgo el agua limpia en Q. Roo. (José Aldair/SIPSE)
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El escurrimiento de cemento documentado en cuevas junto a las vías del Tren Maya aumenta el daño al agua, al punto de que el vital líquido corre el riesgo de dejar de ser puro en Quintana Roo para los ciudadanos.

José Urbina Bravo, integrante del colectivo Selvame del Tren, señaló que en una cueva llamada Garra de Jaguar, en el tramo cinco sur del megaproyecto, se comprobó que cemento metido al acuífero por los pilotes para sostener el Tren Maya, se secó, y lo que era una fuente de agua ya tiene un daño irreparable.

Pero, a lo largo de la vía del Tren Maya hay más de 10 mil pilotes, y en todos hay varillas de acero y cemento en su interior, material que compromete al agua cristalina de los ríos subterráneos de la Península de Yucatán a perder su calidad.

La evidencia del cemento solidificado es en una cueva, pero en las próximas semanas se espera encontrar más, por lo que Urbina Bravo comentó que este daño al acuífero arriesga a la gente a tener que pagar por purificar el agua en aproximadamente 10 años.

Garra del Jaguar (…) caminando creo que se extiende por 50 kilómetros para todos lados. Va toda por la selva, y pasa por debajo de donde metieron el tramo cinco. Solamente en el trazo hemos contabilizado más de 120 cuevas que fueron impactadas, han sido sepultadas por el terraplén, han sido perforadas”, detalló.

Urbina Bravo explicó que el suelo se perfora para colocar los pilotes, que requieren rellenarse de cemento con tal de sellarlos, pero este proceso no es seguro, y la mezcla termina por filtrarse y afectar el agua como se ha documentado.

Estas perforaciones llegan a diferentes profundidades, 25 metros, a 50 metros a 11 metros, dependiendo donde estén tratando de encontrar un poco de suelo firme para apoyar los pilotes. No hay suelo firme porque todo es poroso (…) por eso hay tantos pilotes, para repartir el peso”, dijo.

El entrevistado explicó que lo que va a suceder es que en algunos lugares se va a derramar más cemento, en otros lugares menos, y eventualmente se va a secar, y el resto se va a ir con el agua y llegará a diferentes lugares.

Estos lugares son todo el acuífero, el manglar y el arrecife.

Además, en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), del Tren Maya no hay ningún tratamiento para esto.

Por lo tanto, aunque se sabe que hay afectaciones, no hay forma de estimar el alcance real de los daños, porque no se hizo un estudio.

Viene sucediendo desde hace un año, más. Si seguimos destruyendo esta fábrica natural del agua, vamos a tener que pagar por potabilizar el agua”, resaltó.

Para mitigar más afectaciones, el integrante de Selvame del Tren comentó que los ciudadanos deben asegurarse de tener conexión al drenaje, y se debe asegurar de que los servidores públicos legislen a favor de medidas sustentables.

Esto es urgente, ya que el tren estimula la urbanización, y nuevos procesos de construcción van a generar daños parecidos, e impactar más el agua.

Según información de Selvame del Tren, en las cuevas afectadas por cemento se ha visto gran variedad de flora y fauna como jaguares, jaguarondis, ocelotes, venados, pecarís, pumas, insectos, ranas, hongos, y más.

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