Alejandra Carrión/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Más del 50% de los murales y 12 esculturas en Othón P. Blanco, que son parte del patrimonio cultural del estado, no tuvieron manteamiento en los últimos años por parte de las autoridades pasadas.

Además de haber provocado años en la infraestructura de edificios públicos que son emblemáticos en la zona sur de la entidad, las autoridades del gobierno de Roberto Borge Angulo también se ensañaron con murales y esculturas o monumentos, uno de ellos el corredor escultórico ubicado sobre el bulevar Bahía.

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“En Othón P. Blanco, de acuerdo con la dirección de Patrimonio Cultural, tenemos un censo de entre 62 y 64 murales y la mayoría sufrieron daños porque no se le dio el mantenimiento adecuado”, comentó Jacqueline Estrada Peña, directora del Instituto de Cultura y las Artes (ICA) en Quintana Roo

Resaltó que ni los murales, ni las esculturas, tuvieron el cuidado y mantenimiento adecuado para su preservación.

Por ejemplo, comentó, el corredor escultórico que consta de 12 piezas repartidas sobre el bulevar Bahía,  estaban enmontadas, despintadas; totalmente descuidadas.

“Actualmente estamos trabajando con la Secretaría de Turismo en el estado para que se puedan dignificar estas esculturas”, comentó.

Mencionó que también han avanzado poco a poco en la limpieza y apertura de los edificios culturales como es el caso del municipio de Bacalar, donde la Casa Internacional del Escritor ha sido rehabilitada en más de un 60%.

“Actualmente ese edificio tiene actividades continuamente, se están haciendo encuentros con escritores y actividades con niños. Tiene mucha interacción con la sociedad”, resaltó la entrevistada.

Indicó que es incalculable el monto económico que se tendrá que invertir de nuevo para dejar al 100% todos los edificios públicos, murales y estructuras que quedaron dañadas desde la administración pasada, pero confirmó que poco a poco han ido avanzando e invirtiendo en la medida de las posibilidades.

Uno de los edificios más dañados con una gran pérdida invaluable fue la Biblioteca Rojo Gómez, que desde que fue cerrada en octubre de 2015, no sido reabierta, además, en su interior había un aproximado de 65 mil libros, de los cuales por descuido de las autoridades se perdieron más de 50 mil.