Chetumal no sale del bache
A punto de finalizar el año, el panorama económico de nuestra capital sigue siendo desalentador...
A punto de finalizar el año, el panorama económico de nuestra capital sigue siendo desalentador, ya que el crecimiento y la generación de empleos se mantienen en cifras rojas, con una preocupante contracción que se refleja en el cierre masivo de pequeñas y medianas empresas y el incremento del desempleo.
Según los principales líderes del sector comercial y empresarial, la situación de la economía capitalina sigue en picada, pues ellos tienen el pulso de los negocios que bajan las cortinas ahogados por los impuestos y cobros gubernamentales y la escasez de circulante en la región.
Hace unos días el dirigente de la Coparmex en la zona sur del estado, José Luis Mingüer, aseguró que la situación que atraviesan las nuevas empresas chetumaleñas es alarmante, pues de cada diez nuevos negocios que se abren, siete cierran sus puertas en menos de un año, evidenciando los nulos avances en el prometido desarrollo económico de Chetumal.
Casi en la misma sintonía, esta semana el líder de la CROC en el municipio capitalino, César Antonio Iuit, declaró a Novedades Chetumal que tan solo en 2017 más de 60 pequeños comercios, como abarrotes, tiendas de ropa y zapatos, salieron del mercado debido a las altas tarifas energéticas y la pesada carga fiscal y administrativa, que no les permite conseguir las ganancias necesarias para mantenerse a flote.
Esta radiografía de terror está en las manos de la ineficaz Secretaría de Desarrollo Económico, cuya titular, la ex empresaria Rosa Elena Lozano Vázquez, no ha logrado aterrizar proyectos para estimular el crecimiento económico, ni tampoco ha hecho equipo con los empresarios locales para definir estrategias que nos permitan salir del bache.
Los emprendedores chetumaleños dan testimonio de que no existen apoyos ni relación alguna con la dependencia gubernamental, a la que han hecho llegar sugerencias y solicitudes que en la mayoría de los casos quedan sin respuesta.
La principal petición es que se brinden las condiciones desde los tres niveles de gobierno para que los emprendedores se desarrollen, que termine el acoso de tarifas ocultas, multas, permisos, muchos de ellos a un costo desproporcionado que obliga a los comerciantes a subir sus precios, para después quedar fuera de competencia ante las poderosas cadenas nacionales y trasnacionales.
Pero sus gritos de auxilio no han sido escuchados, a pesar de que la reactivación del sur fue una de las principales promesas del gobierno del cambio.