Chetumal: Reciben gimnasios a sus clientes bajo estrictas medidas de higiene

La mayoría de estos negocios se vieron en la necesidad de incrementar sus tarifas mensuales.

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(Miguel Maldonado/SIPSE)
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Con una baja afluencia de clientes y estrictas medidas de higiene, los gimnasios de Chetumal reabrieron sus puertas.

La desinfección de calzado, aplicación de gel antibacterial, mantener la sana distancia, limpieza de aparatos y uso obligatorio de cubrebocas, son algunas de las medidas que se llevan a cabo para poder hacer uso de las instalaciones.

Después de más de medio año de inactividad, ayer, al comenzar a aplicar el color amarillo dentro del semáforo epidemiológico, los gimnasios que cumplieron con su proceso de certificación abrieron nuevamente sus puertas y reanudaron su servicio a sus clientes.

No obstante, aunque muchas personas esperaban este momento, la afluencia de clientes fue muy baja, al menos en los horarios matutinos y al mediodía, aunque la situación mejoró para la tarde.

Las medidas para poder hacer uso de estas instalaciones son bastante rigurosas, primeramente, los deportistas deben portar su cubrebocas, después, pasan a los tapetes desinfectantes de calzado, para posteriormente llegar al módulo de recepción, donde el encargado aplica gel antibacterial y mide la temperatura corporal del cliente, quien debe llevar toalla personal para secar el sudor.

Una vez que todo se encuentre en orden, el usuario puede acceder a la zona de aparatos, manteniéndose a una distancia de, por lo menos, un metro y medio de distancia de alguna otra persona que esté realizando ejercicios en las instalaciones, además de que no pueden compartir aparatos ni accesorios.

Cuando el grupo de clientes ha terminado sus rutinas y el tiempo de 90 minutos que se les asignó se ha terminado, las instalaciones son desalojadas y el personal del gimnasio realiza labores de limpieza y desinfección de los accesorios, con la finalidad de anular la posibilidad de que los usuarios se contagien del Covid-19.

Cabe señalar que la mayoría de estos negocios se vieron en la necesidad de incrementar sus tarifas mensuales, pasando, en algunos casos, de los 450 pesos a los 600 pesos mensuales, debido a los gastos que se tuvieron que hacer para poder abrir nuevamente, así como los pagos de renta, agua, luz y sueldo de sus empleados.

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