Como respuesta al embate de los delincuentes que mantienen a la capital del estado asolada y temerosa por la creciente tasa de robos y asaltos, ciudadanos y activistas sociales convocaron a una “marcha contra la inseguridad” el pasado viernes, donde esperaban congregar a miles de chetumaleños para presionar a las autoridades a que cumplan su labor de proteger a la población.

Sin embargo y como es costumbre, la protesta contra la violencia reunió a duras penas a unas decenas de personas que ven con preocupación el hecho de que la ciudad está cayendo en un espiral de violencia, y nadie hace nada al respecto.

Para colmo, como si de una burla se tratara, al otro día la delincuencia dio un nuevo golpe de alto impacto, al atracar la empresa financiera especializada en micro créditos “Increc”, ubicada en el centro de Chetumal y donde los ladrones se llevaron un botín de 500 mil pesos. Hasta el momento no hay detenidos, ni información acerca de los avances de la investigación.

A este atraco se suman los más de diez robos cotidianos a casa habitación que se denuncian, cifra que normalmente se dispara en esta temporada vacacional. Sin embargo el número total de robos no se puede cuantificar porque en muchos casos los ciudadanos no denuncian, principalmente por la falta de confianza en las autoridades y porque se considera una pérdida de tiempo.

Y si bien es cierto que la indignación de miles de chetumaleños se ha dejado sentir en el entorno virtual de las redes sociales, el hecho es que pocos, muy pocos se atreven a dejar la comodidad de sus hogares para salir a las calles a marchar exigiendo seguridad, que es uno de los derechos principales de todo ciudadano.

Fueron pocas personas las que marcharon la tarde del pasado viernes exigiendo un Chetumal más seguro, pero no por eso los encargados de garantizar la seguridad pública deben ignorarlos y minimizarlos, ya que es tan solo el primer llamado de atención.

Haría muy mal el titular de Seguridad Pública Estatal, Juan Pedro Mercader Rodríguez, así como el jefe de la Policía Municipal, Gumersindo Jiménez Cuervo, en desestimar la exigencia de los chetumaleños.

Privatizan el cenote azul de Bacalar

Muy mala decisión tomaron los propietarios de un restaurante que lucran en exclusiva con el cenote azul de Bacalar, ya que por permitir el ingreso se les ocurrió la puntada de cobrar 10 pesos por persona, independientemente de la edad y la procedencia.

Esta situación es indebida a todas luces, ya que hablamos de un atractivo natural que todos tenemos derecho a contemplar y disfrutar. Las autoridades a nivel municipal, estatal y federal deben intervenir de inmediato para evitar que el mal ejemplo prolifere.