La semana pasada hice una pausa en materia musical para hacerlo sobre series de TV, ahora regreso a la senda de las notas y el rock.

Escribir del legado de Chuck Berry en una columna parece imposible, ya que fueron varias décadas dedicadas al rock & roll, el pasado 18 de marzo perdió la vida y deja un sinfín de anécdotas buenas y malas. Hay que decir que la revista Rolling Stone lo cataloga como el sexto mejor guitarrista de la historia y el quinto mejor artista musical; en 1987 entró al salón de la fama del Rock & Roll, y esto se lo ganó a pulso pues él sonaba en la radio a nivel internacional cuando era impensable que un músico de color llegara a consolidarse como un grande en el mundo de la música.

“Crazy legs”, como también se le conocía, tenía un estilo muy peculiar de tocar su guitarra, lo hacía ver muy fácil, tenía una ligereza al moverse y al tocar como nadie, fue imitado por muchos con su singular paso al tocar su guitarra.

A los 90 años Berry nos dejó un disco inédito que se preparaba para lanzar pero ya no le alcanzó el tiempo, sin embargo, su familia será la que lo saque a la venta como un legado musical póstumo. Si quieres aprender a tocar la guitarra es una obligación tocar por algo de Berry.

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Antonio Rodríguez, mejor conocido como “Tony Rocker” falleció el 27 de marzo de 2013, él era el líder de la banda Amor y Rabia, puede que muchos no lo conozcan pues el grupo se desenvolvió en la escena uderground del rock nacional, pero hay otro tanto de personas que aún lo recuerdan, sus canciones, sus sentido del humor y sobre todo ese gran corazón que tenía.

El lunes pasado se cumplieron cuatro años de su partida, se le extraña y mucho, y parte de cómo era su vida y su música se puede ver en el documental “Por amor al rocanrol”, (el cual pueden apreciar en esta liga https://www.filminlatino.mx/corto/la-vida-es-un-rocanrol), tuve la fortuna de formar parte de la banda, y más importante de su vida, era mi padrino, aprendí muchas cosas, aún recuerdo las noches en las que nos quedábamos a platicar de rock acompañados de un café y un cigarro; las tardes de ensayo y de composición juntos son inolvidables, las caminatas en el chopo, los regaños de cuando no me salían las canciones y de muchas otras anécdotas que tengo en mi memoria. Una de las enseñanzas que me dejó es que cuando se compone se debe hacerlo con el corazón, la canción tiene vida propia y ella te va a pedir lo que necesita, no más, no menos.

Seguro todas las noches canta “Anhelos” sentado en la luna.

Estimados amigos nos leemos la próxima semana.

Saludos y mucho rock.