Fue la sensación mundial

Desde que hizo su aparición pública fue la sensación mundial, y como tal fue tratada.

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Desde que hizo su aparición pública fue la sensación mundial, y como tal fue tratada. Infinidad de periodistas del mundo entero se trasladaron al lugar donde residía para conocer los detalles más a fondo.

Era común que reporteros, fotógrafos y camarógrafos de la televisión mundial llegaran a visitarla. Muchos envidiarían su fama. Las portadas de muchas publicaciones la mostraban, y como su imagen fuera motivo de comercialización, se le constituyó en marca registrada para evitar su uso indiscriminado.

Era visitada lo mismo por famosos personajes del medio artístico que por políticos de talla internacional, connotados empresarios, ganadores del Premio Nobel, investigadores, y hasta miembros de la realeza. Su fama se debió a que su vida, y aun el hecho que de tuviera descendencia, desafió todos los pronósticos de su época.

Vivía en reclusión, no para huir de los papparazzi, sino por temor a que pudiera ser secuestrada o dañada. Pero su existencia, como en el caso de muchas otras celebridades, fue corta. A la mitad de la vida que pudiera esperarse alcanzara, murió. 

Había desarrollado tos y problemas respiratorios. Se sospechaba que sufría adenomatosis pulmonar, una enfermedad que produce tumores, pérdida de peso y humedad en el tracto pulmonar, lo que provoca estertores húmedos, padecimiento que es fácilmente contagiado a los congéneres con los que se convive.

La enfermedad es mortal por necesidad, pero este caso, la víctima no sufriría la agonía de semanas o meses previa al fatal desenlace. El 14 de febrero, a las 3:30 de la tarde, se le aplicó una inyección letal y hubo lágrimas de todos quienes habían estado a su lado desde su nacimiento, o de alguna manera habían contribuido a su bienestar.

Era el 2003 y estaba por cumplir siete años, pero desde tiempo atrás, el evento que la había traído a este mundo ya había personas que pretendían replicarlo con seres humanos. Dolly, la primera oveja clonada, había abierto la ciencia hacia campos insospechados, pero igualmente polémicos.

Hoy se debate si sería ético y moral (o amoral) clonar seres humanos, y el impacto síquico y emocional que causaría ser el clon o uno de varios clones de alguien más, y sin un parentesco concreto de acuerdo al régimen social. Pero, aunque pudieran evadirse las consideraciones éticas y morales, Dolly dejó en claro que el patrón biológico de vida y muerte está vigente.

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