Un 2018 muy electoral

Este 2018 en pañales tiene un elevado contenido político y electoral por el desarrollo inicial de una contienda tan novedosa en nuestro suelo...

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Este 2018 en pañales tiene un elevado contenido político y electoral por el desarrollo inicial de una contienda tan novedosa en nuestro suelo, ya que en Quintana Roo –como en todo el país– será disputada la Presidencia de la República, con cuatro diputaciones federales, dos senadurías en fórmula y nuestras 11 alcaldías, algunas con el debutante y llamativo ingrediente de la reelección.

Las prioridades de la población permanecen intactas e incluso son atizadas en esta competencia, ya que en gran parte de nuestro estado predomina la preocupación e irritación por el aumento en el precio de la gasolina, los zarpazos a menudo impunes de la delincuencia y el empleo estable que en el caso Chetumal es un anhelo permanente e incluso un grito de auxilio, por el creciente número de demandantes de trabajo en las madrigueras gubernamentales.

Los candidatos que toquen las puertas de nuestros hogares como productos milagro deben comprender que la promesa sistemática sin cumplir harta a los potenciales electores que reclaman resultados tangibles; los más exigidos serán los candidatos a alcaldes porque su radio de acción es perfectamente identificado y hasta sufrido por la ciudadanía.

Sabemos que nuestro alcalde capitalino Luis Torres Llanes no pretende reelegirse porque prefiere ser candidato a la diputación federal sureña, postulado por la coalición PAN-PRD. Su decisión deja una vacante disputada por los panistas Fernando Zelaya Espinoza (diputado local) y Mario Rivero Leal, Secretario General del partido.

El habitante del municipio capitalino ya probó la receta de la alternancia, pero sin dejar de confiar en un reciente ex priista como Luis Torres, quien ha preferido navegar con la bandera de alcalde ciudadano sin dejar de respetar las posiciones de panistas y perredistas en su equipo. Una candidatura indeseable en esta esquina puede fortalecer las posibilidades del PRI o Morena, dependiendo del perfil de sus gladiadores que pronto conoceremos oficialmente.

En Cozumel, la panista Perla Tun Pech tendrá que despedirse de su intención de reelegirse porque su partido le dio la espalda y su relación con el gobernador Carlos Joaquín González no puede ser peor, repleta de agravios de parte de esa alcaldesa tan atrabancada y majadera.

En esta isla –cuna de gobernadores destacados y malignos– la coalición PRI-Verde-Nueva Alianza puede tener su oportunidad, pero de entrada se anuncia en el horizonte una batalla muy cerrada, choza por choza y colonia por colonia. Este es el sello de un 2018 explosivamente electoral.

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