A ocho días de haber iniciado formalmente las campañas electorales en Quintana Roo, rumbo a la gubernatura del estado, se percibe una desaceleración de propuestas, luego del fuerte y multitudinario arranque de aquel domingo tres de abril. 

Los candidatos están repitiendo la misma receta y las mismas fórmulas para intentar atraer el voto del electorado, tal y como se ha venido haciendo desde tiempos inmemorables, buscando sólo la foto del momento. 

Pero por ningún lado se ven propuestas serias, concretas y, sobre todo, realizables, que hagan que la ciudadanía se incline por tal o cual candidato o candidata, nada de eso se ha visto en esta primera semana de campañas, y sólo quedan siete. 

Por ahora, los candidatos se han enfrascado peleas, descalificaciones y señalamientos directos a la persona del candidato o candidata, y se dan con todo, hasta con la cubeta, tanto en los mítines políticos como en las redes sociales y en los spots de radio y televisión. 

En las redes sociales no podían faltar los miles de bots pagados, que se dedican a vituperar o a aplaudir descaradamente a favor o en contra de los aspirantes a ocupar la silla del palacio de gobierno quintanarroense. 

Una práctica por cierto que recuerda a los momentos más álgidos del priismo, cuando fueron exhibidas miles y miles de cuentas de bots y cuentas falsas de Facebook, Twitter e Instagram, que eran usados para desprestigiar candidatos de los partidos opositores al Partido Revolucionario Institucional.  

Al día de hoy el debate de los candidatos se dirime en ese mismo escenario arcaico, y la pugna es por ver quién es él o la más bonita, quién es el más maya que sus adversarios, quién es del norte y quién es el sur, como si eso importara a la hora de elegir a un buen gobernante. 

La clásica de clásicas es la foto de los y las candidatas con los dignatarios de la zona maya de Quintana Roo, hasta donde llegan y han llegado todos los candidatos de todos los tiempos para sacarse la foto y decir que se les toma en cuenta, pero nadie nunca lleva propuestas concretas para sacar de la marginación a nuestra zona maya. 

Demás está decir que la visita es de doctor, pues sólo en campaña se toma en cuenta y, una vez ganado el puesto, nadie los recuerda, excepto para las sesiones solemnes que realiza anualmente la legislatura del Congreso del Estado en turno.  

A este paso, los ciudadanos de a pie nos quedaremos sin los elementos suficientes para elegir al mejor postor, no sabremos quién es él o la candidata que tiene el mejor plan de gobierno para atender rubros relevantes en materia de salud, seguridad, educación, turismo, finanzas, etcétera, etcétera. 

¿Algún día caerán en cuenta de todo esto los políticos?