Quintana Roo es una de las cinco entidades que reporta los mayores incrementos en el precio de la vivienda en México: casi un 42% en los últimos cinco años; situación que ha ocasionado que cada vez más personas prefieran los créditos bancarios directos.

El Reporte “Situación Inmobiliaria en México”, correspondiente al segundo semestre del 2023 y elaborado por BBVA Research, detalla que los créditos hipotecarios bancarios han permitido adquirir más propiedades de mayor valor, pasando de mil 201 créditos en el 2022 a 2 mil 479 el año pasado.

En el 2018, el crédito promedio era de 800 mil pesos para adquirir una propiedad de nueve metros por 20. Hoy, por un espacio similar, se están pidiendo más de 2.1 millones de pesos, sin contar intereses.

Sin embargo, también aclara que para poder acceder a estos créditos hipotecarios, es necesario que el empleado reporte ingresos de al menos 38 mil pesos mensuales, lo cual actualmente sólo percibe el 14% de la población económicamente activa en Quintana Roo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), aunque hace casi cinco años menos del 11% contaba con esos ingresos.

Además, la adquisición de viviendas de mayor valor no siempre es por parte de personas locales, pues se ha identificado que los créditos hipotecarios mayores a los 2.5 millones de pesos para comprar casa en Quintana Roo son tramitados por personas de otros estados “que ven estas transacciones como una inversión para obtener ingresos por rentas tanto de largo como corto plazo”.

El documento adelanta que los precios de las viviendas seguirán aumentando a una tasa de al menos 6% anual, debido a los encarecimientos de los insumos y la demanda de viviendas cada vez de mayor plusvalía.

El documento también alerta que el sector de la construcción ve con preocupación que está incrementando la cartera vencida de los créditos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), el cual se mantiene en alza desde hace 24 meses.

Para septiembre de 2023, este índice de morosidad se había ubicado en el estado en 21.3%, cuando hasta el 2019 se mantenía en un promedio de 11.2%. Y la mayoría son casos de créditos de vivienda de interés social.

Para el estudio, esto podría significar que cada vez menos empresas estén interesadas en invertir en la construcción de viviendas para este sector, el único al que pueden acceder la mayoría de los trabajadores quintanarroenses, y mantener en su lugar la mira en el de alta plusvalía, que cada vez obtiene mayor demanda y ganancias.