Consumo de bebidas embriagantes en Q. Roo se desborda
De enero hasta la primera mitad de diciembre del 2022, se registró un abuso del alcohol del 42%.
El abuso en el consumo de bebidas alcohólicas se desbordó en Quintana Roo, al registrar un incremento del 42% de enero hasta la primera mitad de diciembre del año pasado, toda vez que fueron atendidas 169 personas más que pusieron en riesgo sus vidas, reveló la Dirección General de Epidemiología.
De acuerdo con los números oficiales más recientes, durante el período antes mencionado del 2022 fueron atendidas 569 personas en las áreas de urgencias de los hospitales públicos de la entidad, en contraste con los 400 del 2021.
Se trata de gente que presentó un cuadro de Intoxicación Aguda por Alcohol, la cual tuvo que ser estabilizada para evitar una congestión, considerando que esto puede ser mortal; incluso, personas alcoholizada llegan a ahogarse en su propio vómito.
Aunque las cifras que da a conocer el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica son altas, en las que se precisa que 363 pacientes fueron hombres y 206 mujeres, faltan los casos que se presentaron en la segunda mitad de diciembre pasado, en plenas fiestas decembrinas, en las que se registra un alto consumo de alcohol.
Las personas alcoholizadas fueron atendidas, principalmente, los días 24 y 25 de diciembre, así como el 31 de diciembre y 1 de enero; se cree que estos pacientes ingirieron bebidas alcohólicas por más de 10 horas.
Francisco Javier Lara Uscanga, presidente del Colegio de Médicos de Quintana Roo, instó a la población a medir el consumo de alcohol para no poner en riesgo su salud; también la exhortó a no conducir en estado de ebriedad.
“Las manifestaciones más importantes de la intoxicación etílica aguda son los cambios conductuales desadaptativos, como la desinhibición de impulsos sexuales o agresividad, labilidad emocional, deterioro de la capacidad de juicio y de la actividad social o laboral, lenguaje farfullante, descoordinación, marcha inestable, rubor facial, cambio del estado de ánimo, irritabilidad, locuacidad y disminución de la capacidad de atención”, de acuerdo con información de la Dirección General de Epidemiología.