Los eventos multitudinarios que rodean a la celebraciones de la Feria de El Cedral están en duda, lo que sí están firmes son las de origen religioso y que tienen que ver con la Santa Cruz.

Así lo manifestó Emilio Leonardo Novelo Flores, integrante del comité del Ejido Villas Cozumel en cuyos terrenos está asentado el poblado y que antes fuera un asentamiento maya. El ejidatario detalló que la feria, fiestas, eventos culturales, deportivos y espectáculos como conciertos, son manejados y financiados por el Gobierno del Estado de Quintana Roo y el Ayuntamiento de Cozumel, que no han hecho contacto con ellos.

Puntualizó que el ejido no cuenta con la capacidad económica para financiar todo esto que se tiende en rededor de las novenas, el tradicional baile de las cabezas de cochino y la misa del 3 de mayo, día de la Santa Cruz.

La plaga de SARS-Cov-2 obligó al gobierno estatal y municipal a suspender toda actividad desde el año 2020 pero el aspecto religioso no se ha detenido. "La palapa central se encuentra en malas condiciones y no hay recursos parte del ejido para su mantenimiento", planteó para luego insistir en que si se piensa en eventos masivos, es necesario contar con un monto de entre seis y siete millones de pesos.

Un recorrido por el poblado localizado en el kilómetro 17.5 más 2.5 de la carretera costera sur, permitió constatar el mal estado en el que se haya la palapa central, luego de dos años sin poder darle mantenimiento. La réplica de la Santa Cruz localizada a un costado de la capilla de la villa está en las mismas condiciones.

Los orígenes

La Feria de El Cedral tiene su origen en el año de 1847 en el poblado de Sabán, entonces territorio de Yucatán y que tras levantarse en armas el 30 de julio de 1847 los indígenas mayas encabezados por Jacinto Pat, Cecilio Chi y Manuel Antonio Ay, fue atacado.

De acuerdo con la Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los rebeldes buscaban el exterminio de los blancos y los mestizos en Yucatán, proclamar su independencia y nombrar a Cecilio Chi como su gobernador legítimo.

Los habitantes de Sabán se refugiaron en una iglesia pensando que estarían a salvo, sin embargo, esto no los detuvo y se desató una carnicería. Casimiro Cárdenas fue una de las víctimas y despertó cubierto en su sangre y las de sus vecinos, pero aferrado a una cruz, lo que atribuyó a estar vivo.

Según la tradición oral, prometió que si llegaba a un lugar a salvo, él y sus descendientes celebrarían las novenas en honor a la Santa Cruz. Al año siguiente llegó a Cozumel y se asentó en lo que hoy es El Cedral.

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