Covid 19: Asfixian autoridades a gimnasios de Quintana Roo

A pesar de que la vida saludable y el ejercicio son esenciales contra la pandemia, hacen oídos sordos a las peticiones de reapertura.

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(Miguel Maldonado)
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Miguel Maldonado | Fernanda Duque | Neftalí Hernández

Los gimnasios no son una prioridad para las autoridades de los tres órdenes de gobierno en la nueva normalidad. Con base en argumentos federales, estatales y municipales contradictorios, deberán permanecer cerrados en un momento pandémico en el que su servicio es fundamental para combatir el sobrepeso y la obesidad, dos enfermedades que potencian la letalidad de la covid 19.

Ya cumplen más de tres meses sin a un solo entreno en sus caminadoras. Están sumidos en una crisis cada vez más visible en las cortinas de sus inmuebles y en las redes sociales.

“Es una situación muy complicada la que estamos viviendo, en algunos casos, como el mío, nos hemos visto en la necesidad de cerrar nuestros negocios y vender nuestros equipos, para poder mantenernos a lo largo de estos meses. La gran mayoría de nosotros debemos cumplir con el pago de la renta de los lugares, además del sueldo de los instructores y servicios como agua y luz”, señaló José Roberto Poot Bejarano, propietario de Forza Gym, quien perdió una de sus sucursales en Chetumal a causa de la Jornada Nacional de la Sana Distancia.

El gremio solicita que se les permita operar cuando se active la luz naranja. (Miguel Maldonado)

En las últimas semanas, los empresarios de este sector han tratado de convencer a los tres órdenes de gobierno de que, además de ser centros de esparcimiento, los gimnasios generan economía y promueven la salud.

“Hemos tomado los cursos en línea que han dado las autoridades federales de salud. Además, como parte de lo que pretendemos hacer para poder abrir y cuidar a nuestros clientes, es adquirir material y equipamiento de saneamiento, desinfección y prevención”, añadió Oscar Valladares, propietario del gimnasio Fénix en la capital del Estado.

Recientemente enviaron oficios a distintas dependencias buscando que se reconsideren la importancia de sus negocios en la nueva normalidad. El gremio solicita que se les permita operar cuando se active la luz naranja del semáforo epidemiológico, lo que ocurrirá en los 11 municipios a partir del próximo lunes 22 de junio de 2020.

Esta postura se justifica con datos de las mismas autoridades. De acuerdo la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018, Quintana Roo es el segundo a nivel nacional por índice de obesidad infantil y juvenil. Posición que traducido en cifras revela que por lo menos 334 mil 34 personas de entre 12 y 19 años de edad presentan acumulación anormal o excesiva de grasa en el estado.

Además, datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica demuestran que el año pasado nuestro estado tuvo registro de 12 personas que padecen obesidad por sólo una con desnutrición.

Deporte y fitness, actividad esencial para miles durante la pandemia

Son miles las personas cuyos ingresos llegaban gracias a los gimnasios.

José Luis, es uno de los entrenadores personales que de la noche a la mañana perdió su única vía de subsistencia al decretarse los cierres de gimnasios y lugares públicos, por la pandemia.

Solicitó que el grupo fuera reducido, que portaran cubrebocas y gel antibacterial. (Paola Chiomante)

El joven cancunense decidió no quedarse cruzado de brazos y, al igual que muchos en Quintana Roo, ideó varias formas para salir adelante. La primera fue dar clases en redes sociales. Conforme la emergencia sanitaria lo permitió, comenzó a impartir rutinas presenciales en el parque de la región 92.

“El hambre y la inquietud de no tener, fue lo que me hizo salir, entonces comencé a implementar el entrenamiento funcional, para el cual no necesitamos muchas cosas y gracias a Dios estaba preparado, había tomado cursos y vengo haciendo ejercicio desde los 17 años”, dijo.

Para esto, solicitó que el grupo fuera reducido, que portaran cubrebocas y gel antibacterial. Asimismo, estableció dos horarios distintos (damas y caballeros) y para realizar un circuito de ejercicios al aire libre en los que se conserva la sana distancia.

“Aunque nos vemos día con día, nos saludamos con el codo. Cuando hay gente nueva, las incorporo durante la semana, pero las mantengo a distancia de quienes ya tienen más tiempo para que no haya problema de contagio”, dijo.

Por cada entrenamiento semanal, José Luis recibe 200 pesos de cada una de las personas que acuden. No son muchos clientes los que tiene, pero dinero que obtiene es fundamental para cubrir sus necesidades diarias.

“Tenía que ver cómo salir adelante, porque de esto vivo, soy trabajador en una escuela de fútbol y en el gimnasio, pero ambos cerraron, por eso traté de traer a las personas aquí a hacer ejercicio, porque además es salud para ellos y para mí”, agregó José Luis, cuya meta es abrir algún día su gimnasio propio.

Gimnasios cerca de la gente, una responsabilidad compartida

Un factor de cambio y oportunidad de vida. Así define Luis Rama, del centro de acondicionamiento Morfo Fitness Club, en Cancún, el motivo por el cual los gimnasios y centros de entrenamiento deben reabrir al público: no es por diversión, sino una cuestión de salud.

En marzo pasado su centro ubicado en el fraccionamiento La Joya cerró al público a consecuencia de las restricciones de movilidad y actividades no esenciales. Sin embargo, Rama no dejó que esto fuera un impedimento para continuar con el giro del negocio.

“Tuve que encontrar el modo. Es renovarse o morir. La pandemia llegó y no sabemos cuándo se irá”, afirmó.

Es necesario que se vea a los gimnasios como un factor necesario para ayudar a mejorar los hábitos de la sociedad. (Cortesía)

A través de Instagram y Facebook Live, él comparte rutinas a sus clientes de clases grupales. A quienes requieren de entrenamiento presencial se les ofreció una opción singular: entrenar “con Susana Distancia”. Esto a través de clases para una sola persona, en horarios reservados y con los conocidos protocolos de distanciamiento social e higiene, tanto del entrenador como del cliente. 

“Algunos me preguntan sobre cuándo vamos a abrir. Ha habido mucho interés, pero también he notado que algunos actúan como si nada sucediera”.

Por ello, Luis considera importante que se vea a los entrenadores, gimnasios y centros de entrenamiento como un factor necesario para ayudar a mejorar los hábitos de la sociedad. Guiar a la gente no sólo con el entrenamiento físico en sí mismo, sino en cuestiones tan esenciales hoy en día como la limpieza y la higiene personal que aunque no parezca mucha gente tiende a olvidar al no verse obligada a llevar una vida saludable.

El reto para los gimnasios está en aprender a renovarse para ofrecer a los clientes una oportunidad para seguir haciendo ejercicio en ambientes seguros. Sin embargo no todo el peso de la reapertura debe estar en ellos, también en la gente que debe ser sincera y no acudir a estos lugares si presenta los síntomas de la enfermedad.

“Es un compromiso compartido entre el coach-cliente pues no podemos dejar de hacer ejercicio, hoy más que nunca nos damos cuenta que el ejercicio es una cuestión de salud, una oportunidad de vida y una forma de hacer frente a la enfermedad”, concluyó.

En momentos en que el ejercicio y la vida saludable se revelan como esenciales en el combate a la pandemia, las autoridades de los tres órdenes de gobierno parecer hacer oídos sordos a las peticiones de los gimnasios en Quintana Roo. No han dado alternativas para la reapertura y por lo tanto estos negocios han decidido encontrar la forma de operar a su manera.

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