Una de cada tres personas en Quintana Roo que reciben atención psicológica lo hacen con un falso “psicoterapeuta” que carece de la formación necesaria de evaluación, diagnóstico y tratamiento de salud mental.

De acuerdo con los registros de expertos que forman parte del Colegio de Psicólogos de Quintana Roo, la cifra deriva de las atenciones que han hecho a pacientes que previamente habían sido atendidos por estos “pseudo especialistas”.

“Afortunadamente cada vez más personas acceden a recibir ayuda para tratar los problemas que afectan su comportamiento o su estabilidad mental. Por desgracia, la falta de información provoca que acudan con personas que no tienen una verdadera formación sobre este tema, lo que puede provocarles serios daños”, aseguró el psicoterapeuta Rodrigo Manrique, de la Secretaría de Salud del Centro Médico Número 4, en Chetumal.

Explicó que un psicoterapeuta es un médico que tuvo seis años de formación en psicología y al menos otros seis de especialización. La diferencia con el psicólogo es que el primero puede prescribir medicación y solicitar distintas pruebas diagnósticas para otorgar terapia:

• Psicoanalítica
• Cognitiva-conductual
• Sistemática breve 
• Neuropsicológica

Sin embargo, en Quintana Roo se ha incrementado el número de psicólogos que tras unos cuantos meses de cursos online o tras leer algunos libros, piensan que pueden atender toda la gama, aprovechando la mayor demanda que obtiene este tipo de consulta.

“Estamos hablando de que antes acudir al psicoterapeuta era un tabú, una vergüenza, y por eso una mínima cantidad de la población aceptaba acudir a terapia. Hoy, sobre todo los jóvenes, reconocen que necesitan terapia para ellos y para sus hijos. Podríamos decir que pasamos de tener una demanda de unos cuantos cientos, a miles tan sólo en el sur del Estado”, detalló.

A pesar de alertar sobre falsos médicos, el número sigue aumentando 

Puntualizó que han realizado una tarea enorme para alertar sobre estos falsos médicos, pero su número sigue aumentando. Los daños que hasta el momento han provocado a sus pacientes son adicciones a ciertos medicamentos que les recetaron, cambios en la conducta inesperados, etc.

Pero debido a que la población sabe muy poco la diferencia entre psicólogo y psicoterapeuta, casi nunca denuncia ante un mal diagnóstico por parte del primero, por lo que es difícil, por ahora, sancionarlos por usurpación de funciones.

“Por eso exhortamos a la ciudadanía a tomar muy en cuenta la cédula profesional de sus médicos de la salud, comprobar si es un psicoterapeuta y hasta solicitar informes sobre su especialización. Al fin y al cabo la salud mental es tan importante como la física y no debe tomarse a la ligera”, concluyó.