¡Cuidado! Pirotecnia arruina la Navidad a personas con autismo
En casos extremos, los niños con autismo pueden escapar en busca de un refugio del fuerte ruido de las bombitas.
Especialistas señalan que los niños y personas con espectro autista son particularmente vulnerables a una crisis de conducta por la pirotecnia, debido a su dificultad para controlar e incomunicar su malestar.
Marta Basurto Origel, coordinadora de desarrollo institucional de la asociación Astra, señaló que durante las fiestas de este 2023, el ruido de la pirotecnia puede causar desde temor hasta gritos y golpes físicos en las personas autistas de Quintana Roo, y más en niños, por su condición neurológica.
También refirió que según una publicación del médico investigador Eric Fombonne, una de cada 115 personas en México tiene autismo.
Ante esto, según la última información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Quintana Roo hay más de 148 mil niñas y niños menores de cinco años de edad, lo que significa que más de mil 286 personas tienen autismo, y están expuestos a sufrir molestias por el sonido en este fin de año.
“(Se debe) evitar la participación en lugares donde puede haber pirotecnia”, precisó.
Estos eventos en fin de año pueden ser posadas, fiestas de convivencia ciudadana, y eventos aislados de gente que usa “cuetes” en sus casas.
¿Qué puedo para ayudar a una persona con autismo?
Una crisis conductual dura todo el tiempo que se mantengan los ruidos de pirotecnia, y puede extenderse hasta horas después de que termine, según el tiempo que requiera para calmarse.
“Puede desencadenar desde que no suceda nada, porque al chico no le molestan esos ruidos, hasta lo más común que se tape los oídos y que le lastime, que tenga una situación de desagrado, hasta los más sensibles que pueden desencadenar una crisis de conducta, de comportamiento, de gritos”.
Esto es porque los niños no toleran el ruido y pueden huir del lugar, y no tienen la capacidad de explicar con palabras su molestia o la mayoría no sabe advertir que se quieren alejar de un sitio donde habrá estruendos.
Basurto Origel destacó que como el sonido de la pirotecnia no se puede regular, lo que se debe hacer para calmar a un autista alterado es tratar de disminuir el ruido de la habitación al cerrar las ventanas inmediatamente, y también tratar de llevar al niño a un lugar más tranquilo.
“Habrá personas que sean mucho más sensibles que otras. No pueden regular el input sensorial, que son todos los estímulos sensoriales, no nada más los auditivos. Sobreestimulan mucho a la persona y desencadenan las situaciones que logramos ver”, dijo.