¿Daño colateral a turistas?

En la declaración de guerra de taxistas contra Uber, ya se están viendo afectados de manera directa...

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En la declaración de guerra de taxistas contra Uber, ya se están viendo afectados de manera directa los turistas que visitan el principal destino de América Latina y el Caribe Mexicano: Cancún.

Una serie de detenciones arbitrarias e ilegales se ha suscitado en los últimos días en Cancún, donde taxistas les cierran el paso a conductores de la plataforma digital, los confrontan y bajan al pasaje que llevaba.

Una amarga experiencia se llevó una familia de extranjeros, quienes recién habían llegado a tierras cancunenses y eran trasladados del aeropuerto hacia su hotel, cuando zaz, un grupo de energúmenos con uniforme del Sindicato Andrés Quintana Roo, detuvieron al conductor de Uber.

El hecho provocó que la mujer turista tuviera una crisis nerviosa, en imágenes que le han dado la vuelta al mundo, mientras cargaba a su bebé, quien también lloraba entre tanto alboroto.

Más recientemente, un turista fue agredido por los taxistas porque pretendía abordar un servicio de Uber, exactamente en el hotel Crystal de la zona hotelera de Cancún. El reprobable acto fue grabado por personas que pasaban y también las imágenes se volvieron virales.

Quien ve esos videos no puede evitar sentir temor, desesperación, coraje y mucha, pero mucha rabia, porque todos se preguntan quién manda en Cancún, ¿Los taxistas o las autoridades? Y ¿Dónde están las dichosas autoridades?

Independientemente de quién tenga o no la razón, esto no puede seguir pasando en ninguna ciudad, ni mucho menos en Cancún, porque ello afecta en demasía a la Imagen del destino por excelencia.

Hay afectación a la industria sin chimeneas, de la que depende miles y miles de quintanarroenses, y estos bochornosos actos podrían provocar más daño que el provocado por la contingencia sanitaria y la crisis económica del Covid-19.

Es, además, una raya más al tigre de la inseguridad y violencia que se viven en Cancún, protagonizado por organizaciones criminales rivales que se disputan las plazas de la venta de droga a turistas, extorsiones, secuestros y asaltos.

Sin ser pesimistas, no tarda y el gobierno de Estados Unidos emite una alerta de viaje para prevenir a sus conciudadanos de los peligros que representa usar el transporte privado en la zona norte del estado, porque el estado de derecho no está garantizado.

Lo que hace falta es el marco normativo. Los juzgadores federales ya hicieron su parte y, asumiendo la responsabilidad que ello implicaba, fallaron a favor de Uber, aún y cuando tenían en el cuello el filo de la amenaza de ni más ni menos que 35 mil taxistas del todo Quintana Roo.

El titular del Imoveqroo, Rodrigo Alcázar Urrutia, aplica la del avestruz y no se le ve por ningún lado trabajando en buscar los mecanismos para que estos abusos de taxistas no se sigan repitiendo, porque las detenciones ilegales amenazan con replicarse en todo el estado.

Pero además del marco legal, hará falta que las autoridades se encarguen de que se respete, porque aquí parece que los que tienen el sartén por el mango son los taxistas y no las autoridades, tanto estatales como municipales. 

Posdata: el título ¿Daño colateral a turistas? De esta columna va entre signos de interrogación porque no se sabe si es verdadera afectación involuntaria o premeditada, pues los taxistas saben que no hay mejor objetivo para apuntar sus baterías, si lo que buscan es doblegar a las autoridades.

¿Seguiremos viendo más lamentables casos de afectación a turistas?

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