De terapia intensiva, Isla Mujeres cobra vida
Apenas en septiembre de 2021, la situación de Isla Mujeres era de intervención urgente, el municipio necesitaba...
Apenas en septiembre de 2021, la situación de Isla Mujeres era de intervención urgente, el municipio necesitaba someterse a terapia intensiva. El gobierno había abandonado prácticamente todo y heredó deudas, montañas de basura, trabajadores en el olvido e infraestructura resquebrajada. La corrupción fue el sello durante años.
La presidenta municipal entrante, Atenea Gómez Ricalde sabía que había ganado la famosa rifa del tigre. Pero había que entrarle, no había opción y domar a la fiera que aún ahora suelta algunos zarpazos.
Un largo año de desvelos, de estrés, de tocar puertas pidiendo ayuda para salvar a uno de los municipios más bellos de Quintana Roo y de México, ha sido la constante en el gobierno encabezado por Gómez Ricalde.
“La casa estaba rota y había que rehabilitarla”, señala la política panista, quien tuvo que enfrentarse a un quebranto de 250 millones de pesos de un municipio con apenas 23 mil habitantes, arrostrar ante una montaña de 35 mil toneladas de basura acumuladas durante años, y dignificar a 900 servidores públicos.
Y la corrupción, claro, la corrupción de años atrás había hecho mella, con servidores públicos que se robaban el cable, otros que reportaban la compra de luminarias de cierta tecnología y resultó que adquirieron otra más “corriente”, más barata.
¿Y las sanciones? Ya hay algunos inhabilitados, otros denunciados, pero el gobierno municipal no es ministerio público ni juez, entonces había que enfilarse, ver hacia adelante y no distraerse porque la situación en este municipio era apremiante.
El trabajo y la lucha le han dado resultados. El diálogo y la negociación han sido verdaderos salvavidas para este municipio que debía millones de pesos al Issste, monto heredado por una administración que lo cobró a sus trabajadores, pero que nunca reportó al Instituto. Lo mismo con Fovissste, con Zofemat y hasta con el SAT. Hoy estos adeudos se están pagando.
La confianza hacia Isla Mujeres se había perdido. Su gobierno no daba ni siquiera las mínimas señales, intenciones de negociar sus adeudos… y el crédito se había agotado.
Todo era un caos. Los trabajadores estaban al garete, sin uniformes, sin sueldo digno, con salarios diferenciados.
Y la basura siguió creciendo muchos años, hasta formar un hediondo espectáculo que empezaba a contaminar el mar y era visible para el turismo. Hoy todo está limpio.
Isla Mujeres ha dejado la terapia intensiva, empieza a caminar, quizá en muletas o a pasos cortos, pero la intención es que a partir del segundo año de gobierno, el municipio comience a correr. El barco se ha salvado del naufragio, se ha puesto a flote y es tiempo de navegar, asegura la alcaldesa.
No podía ser de otra manera. Un municipio con bellezas naturales envidiables no debía ser tan maltratado, tan olvidado. Una localidad que en materia turística recibe en promedio 20 mil turistas todos los días.
A la presidenta municipal no le han importado los colores. No, al contrario, se ha acercado con la federación y con la gobernadora electa, Mara Lezama –ambos pintados de guinda- para terminar de rescatar el municipio y echarlo a andar como se merece un lugar tan bello, un Pueblo Mágico.
Es momento de que Isla Mujeres brille y por ello se trabaja también y a la par con la zona continental, en donde cerrarán el año con más de 10 mil cuartos, formando así la nueva zona hotelera al norte del estado.
Y es tiempo también de municipalizar predios, terrenos, lotes en esa franja para que los más de 10 mil habitantes cuenten con todos los servicios públicos y cumplan con sus obligaciones tributarias para que Isla Mujeres siga creciendo.
Hoy, lo importante, es que el municipio ha salido a flote.