Nuestra Carta Magna expresa el derecho a la cultura que todo mexicano debe de tener.

El acceso a la cultura es básico si pensamos en el desarrollo de los pueblos y no podemos negar su existencia, ni dejarlo al gusto de nuestros gobernantes.

Es importante que todos tengamos ese derecho y que lo ejerzamos a placer.

No podemos querer llegar a ser parte del primer mundo teniendo las profesiones de siempre; y sin que esos profesionistas hayan tenido acceso directo a las áreas culturales durante su desarrollo.

En esta época de campañas electorales, vivimos la triste realidad de que prácticamente nadie trae una propuesta a la cultura.

No puedo hablar de la totalidad de los candidatos, porque si hay alguien que se preocupa por el tema cultural y le ha invertido como nadie lo había hecho.

Es muy importante este rubro, pero después de 26 años de vivir en esta tierra, me doy cuenta que el problema con la inversión cultural, emana de que la mayoría de los políticos con poder en Quintana Roo nacieron aquí y sin cultura.

Obvio, no entienden la necesidad de integrarla al desarrollo comunitario de la población.

Así me lo dijo un ex gobernador. ¿Cuál es el problema con la cultura? Si yo nací en… y llegué a los 30 años a gobernador sin la cultura.

Por supuesto que se nota señor gobernador – le contesté- y, por supuesto, se ofendió.

En estos momentos que todos los países se están alineando a la agenda 2030 para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, es imposible no tocar este importante rubro.

Se la pasan prometiendo cosas que no van a cumplir, pero se escuchan bien por parte del electorado, pero son imposibles de cumplir o no son tan sencillas de lograr fuera del discurso. Tengamos una visión futurista de nuestro estado.

La cultura es un derecho que se tiene que dar a la población, pero lo ven como un gasto; y es la mejor inversión que podrían hacer en todos los sentidos.

La economía naranja es un hecho y una realidad mundial. La Unesco sugiere que todo gobierno, ya sea federal, estatal o municipal, invierta por lo menos el 1% de su presupuesto anual en educación, arte y cultura.

En Quintana Roo hay mucho arte y mucha cultura que vender aparte del sol y la playa. Ahí se los encargo. Hasta la próxima semana.