Devastan 50 hectáreas en ejido de Bacalar
La Profepa clausuró el sitio porque no cuenta con la autorización de las autoridades.
Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Una superficie aproximada de 50 hectáreas fue devastada en el ejido Aarón Merino Fernández, municipio de Bacalar, sin contar con la autorización de las autoridades ambientales, por lo que el sitio fue clausurado por la Profepa.
La instancia federal inició la investigación marcada con el número PFPA 293/RN/0035-19, correspondiente al sitio ubicado a un costado de la carretera federal a la altura del kilómetro 27, por el que habrá de responder el comisario ejidal, Juan Manuel Herrera, que según los mismos ejidatarios es el único que tiene la facultad de autorizar acciones de este tipo.
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Los mismos bacalarenses señalaron que la avaricia de quienes encabezan el ejido Aarón Merino Fernández, está acabando con el entorno natural de Bacalar, porque están autorizando tala de árboles para edificar construcciones turísticas.
Trascendió que ejidatarios de Aarón Merino se encuentran tramitando el cambio de uso de suelo para urbanizar tres mil hectáreas que esperan explotar una vez que se concrete el proyecto del Tren Maya.
En su oportunidad, Juan Manuel Herrera, comisario ejidal, afirmó que solicitarán la conversión de esa superficie de tierra a las autoridades agrarias, toda vez que el Ayuntamiento de Bacalar negó la autorización.
Esa negativa provocó recientemente una serie de manifestaciones por parte de algunos integrantes del ejido Aarón Merino Fernández, que incluyó la clausura temporada del sitio de disposición de basura de Bacalar.
Estudios realizados por instituciones como Ecosur, han determinado el grave daño que la deforestación ocasiona a la laguna de Bacalar, como el que ocasionaron los menonas en el 2017 con una superficie de cinco mil hectáreas, similar a la que pretenden los ejidatarios de Aarón Merino.
Omar Eliu Koyoc Pech, integrante de la Asociación Civil, Línea Verde Punto Azul, dijo que el desarrollo de Bacalar como destino turístico pone en riesgo el entorno natural, porque la naturaleza está cediendo al desarrollo urbano y no existe freno para ello.