Agencias
CANCÚN, Q. Roo.- Enfrentarse a una dieta para reducir peso conlleva fuerza de voluntad para cumplir por completo las pautas de alimentación. Pero si llegas a saltarte la dieta, es importante que sepas que nada está perdido, hay recursos psicológicos que ayudan a seguir adelante.

El portal de ‘Excelsior’ señala que la primera regla es saber cuál es la motivación que te lleva a cambiar tu alimentación diaria para perder los kilos que están de más. Normalmente obedecen a cuestiones de estética, bienestar y salud, tal vez un propósito para este año nuevo.

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"Todas las razones son legítimas, pero hay que tenerlas bien claras para cuando aparezcan las dificultades en el transcurso de la dieta”, recomienda el psicólogo Rubén Pérez, que junto a otros especialistas en nutrición ha participado en el libro “La dieta alea”, de Editorial Zenith, que promueve una alimentación equilibrada.

Tener "confianza dietética"

Estos expertos manejan el concepto de “confianza dietética”, es decir, la confianza que una persona tiene en sí misma para cumplir la dieta.

"Cuanto más estrictos somos con la dieta, mayor es nuestra confianza dietética y, a la vez, mejor es el cumplimiento”, apuntan. Para aprender de los errores, Rubén Pérez propone además otros recursos psicológicos y anímicos:

La regla de los tres pasos

 Hasta las personas más estrictas sucumben. Saltarse la dieta alguna vez, es algo natural.

El psicólogo propone en “La dieta Alea” la regla de los tres pasos que, si nos saltamos el régimen, servirá como “cortafuego” para seguir cayendo en la tentación.

1. No te agobies: fuera el sentimiento de culpa, ni pienses que ya se ha estropeado todo.

2. Haz bien en la siguiente comida: Siempre mirar hacia delante, hacia lo que vamos a seguir haciendo bien, y no hacia atrás, a lo que hemos hecho mal. Cumplir las siguientes tomas permitirán reconducir la situación.

3. Intenta no caer de nuevo: Controlar para no volver a repetir ese error. Es un proceso de aprendizaje que cuesta esfuerzo, pero que tiene resultados.

 Y otro consejo es rechazar los pensamientos nocivos como “Total, por un día…” ; “O lo hago todo bien o lo hago todo mal”, que impiden reconducir la transgresión o también aquellos como “esto no engorda mucho” o “si me paso, luego lo compenso” que llevan al autoengaño.