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Un niño no se quema dos veces en una estufa caliente. Un equipo asimila las derrotas y mejora en los encuentros deportivos siguientes. Pero en las empresas, asociaciones e instituciones muchas veces vemos que los errores se repiten y hasta empeoran, como si fuera manda. ¿Qué pasa?, ¿qué debería de pasar?

Lo que pasa, o debería de pasar, se llama aprendizaje, que es la acumulación y aplicación del conocimiento. Es algo que no requiere de escuelas, computadoras o libros. Muchas veces sucede sin que nos demos cuenta. Se aprende con maestro, sin maestro y a pesar del maestro. Si hay algo característico de ser humano es aprender: no heredamos el conocimiento, lo adquirimos. Nadie nace sabiendo. Pero, ¿las organizaciones aprenden?, ¿aprenden las grandes asociaciones de gente que persigue el mismo fin?

Existen cuatro disciplinas especializadas en proporcionar respuestas a estas preguntas. Quizá la más conocida es la llamada Organización que Aprende. Es muy popular porque sus autores describen a la organización ideal, que sirve de modelo para guiar los cambios deseados en otras, que son reales y tienen problemas. Los libros de estos autores —como Peter Senge, del MIT— recetan formas de mejorar los equipos de trabajo, la comunicación, la visión compartida de los objetivos, el dominio de las funciones, etc.

La segunda disciplina es también muy mencionada: se trata del Aprendizaje Organizacional. Tiene una visión más académica, pues analiza y critica los procesos de construcción de conocimiento. Responde a la pregunta ¿cómo se aprende? Obviamente, una organización que aprende debe dominar sus propios procesos de adquisición de conocimiento.

La tercera disciplina es quizá la más incomprendida: es llamada simplemente Conocimiento Organizacional. Se trata de una postura filosófica que busca comprender la naturaleza del conocimiento de la organización. ¿Cómo es?, ¿qué valor tiene?, ¿cómo se relaciona con la ciencia y la tecnología?, etc.

La cuarta y última es frecuentemente dada por hecho: se trata de la Gestión del Conocimiento. Es un enfoque muy técnico. Está muy vinculado con el Conocimiento Organizacional, pues pretende medirlo, diseminarlo, almacenarlo o apalancarlo. Todas las organizaciones producen una enorme cantidad de información, pero muchas veces no saben gestionarla para convertirla en conocimiento a través del aprendizaje, uno que mejore el desempeño general de una empresa, asociación o institución.

En la maestría de Innovación y Gestión del Aprendizaje, de la Universidad del Caribe, los estudiantes aprenden la estrechísima relación que tienen estas cuatro disciplinas, para aplicarlas en la búsqueda de soluciones a los problemas de las organizaciones. No se trata de una maestría sobre educación pero sí está muy relacionada con las aportaciones de la pedagogía, la andragogía (educación de adultos), el aprendizaje, la instrucción y la tecnología educativa.

Qué grato sería hacer un trámite en alguna institución o hacer una reclamación en alguna empresa y que pronto se dieran cuenta de lo que está mal. Que sensacional que aprendieran como los niños, que nunca se queman dos veces.

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