Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Ejidatarios de Bacalar consideraron que las tierras no son motivo para que la terminal del Tren Maya se traslade a Chetumal, porque están dispuestos a aportar parte de las 51 mil hectáreas que tienen.

Luis Chimal Balam, comisario de ese núcleo ejidal, aseguró que cuentan con una superficie disponible de 51 mil 280 hectáreas que podrían poner a disposición del gobierno federal para asociarse, como es el espíritu del proyecto, para concretar la obra.

Dijo que cuentan además con durmientes, bancos de materiales, que podrían aportar para que la terminal del Tren Maya se mantenga en Bacalar, como lo marca el proyecto original. “Contamos además con las bellezas naturales para mostrarle a los turistas que llegaría a través de ese medio de transporte”.

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Se refirió a la zona de reserva, conformada por lagos, flora y fauna, que pretenden explotar de manera sustentable a través de proyectos ecoturísticos como la Unidad de Manejo Ambiental (UMA), con la que cuentan desde hace más de ocho años.

Aseguró que por parte de los ejidatarios de Bacalar, cuentan con toda la disposición para concretar una de las paradas del Tren Maya en el Pueblo Mágico, porque es un proyecto que han estado esperando por muchos años, al igual que la apertura de las ruinas de Ichkabal.

Los ‘contras’

Silvana Marisa Ibarra Madrigal, investigadora de El Colegio de la Frontera Sur, consideró que la estación del Tren Maya debe contemplar la fragilidad del sistema cárstico que predomina en la zona y que conforman el sistema lagunar, independientemente si es en Bacalar, Limones Chetumal o la desviación a Escárcega.

Debido a que están conectados con los cuerpos de agua, “recordemos que el gran valor de nuestra tierra es la naturaleza”, por lo que consideró importante que en caso de que se establezca la estación del tren en Bacalar, deberá estar sujeta a diversas cuestiones, desde adecuar la infraestructura necesaria hasta garantizar el desahogo de la laguna, que deriven de estudios sociales, económicos y ambientales.