Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- En ocho años la clínica del Niño y Adolescente con Cáncer "Eloísa Angulo Mcliberty", ha logrado atender a más de 100 pacientes con leucemia, linfomas y otros tumores cancerígenos, al 70% han logrado salvarle la vida a través de intervenciones oportunas, informó la directora de la clínica, Asunción Encarnación Jiménez, esto, en el marco del Día Mundial Contra el Cáncer Infantil.

“Desde que comenzamos en la clínica hemos atendido a 112 niños aproximadamente, la mayoría con leucemia, linfomas y los otros tipos de tumores cancerígenos. Se dice que por cada 100 mil niños que hay en México, 122 son los que padecen algún cáncer, y aunque los niños responden mejor que los adultos a los tratamientos, siempre hay riesgos y complicaciones”, mencionó.

Reveló que la tasa de fallecimientos a nivel mundial dice que el 70% de los niños con cáncer tiene posibilidades de salvarse y el otro 30% restante fallece en las complicaciones, similar a la experiencia que se vive en Quintana Roo.

“Nosotros tenemos una tasa de 63 de niños que están vivos y el otro ya falleció”, lamentó.

Encarnación Jiménez dijo que el cáncer es considerado como una enfermedad catastrófica debido a los altos costos en tratamientos y complicaciones de la enfermedad, que implican por los menos 200 mil pesos por tres años de quimioterapia.

“Para una familia de clase media, y no se diga una de bajos recursos, no hay dinero que les alcance. El tratamiento es muy variado y no se tiene un costo por tratamiento, pero de acuerdo a las estimaciones puedo decir que un tratamiento para leucemia de riesgo habitual, el costo de quimioterapias por tres años es de 200 mil pesos, pero el gasto mayor es tratar las complicaciones de la quimio, porque a los niños o jóvenes no sólo se les cae el pelo, sino que están propensos a tener infecciones y estas son más graves, hay que hospitalizarlos, necesitan sangre, plaquetas y eso es muy costoso" (sic), explicó.

Destacó que aunque el cáncer no se puede detectar en casa, puede sospecharse de su presencia y atenderse oportunamente para salvar la vida de los pacientes.

“Los padres pueden sospechar que sea un cáncer cuando salen bolitas (glándulas o ganglios) en el cuello, sin dolor, cuando los niños tienen fiebre sin explicación aparente, la salida de hematomas (moretones) muy grandes para un golpecito o sin motivo; dolor en los huesos constante; dolor en las rodillas intensos que no inhiben los analgésicos; cualquier masa en el abdomen puede ser cáncer y hasta que no se diagnostique lo contrario hay que atenderse”, precisó la especialista.