El destino nos alcanzó

Recuerdo perfectamente cuando llegaba cada año la nueva línea de órganos electrónicos...

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Recuerdo perfectamente cuando llegaba cada año la nueva línea de órganos electrónicos. Más ritmos, mejores instrumentos cada vez más reales, con más nitidez y demás mejoras y siempre decía yo: Ya que más van a inventar, imposible.

Han pasado casi 40 años de eso y mi capacidad de asombro sigue intacta y sorprendiéndome siempre. He sido un coleccionador de gadgets dentro de mis posibilidades.

En mis instrumentos de trabajo procuro tener lo último y no como necesidad sino como mera practicidad. Lo que no me da mejoras reales no lo compro. Ahora me ahorro una carretilla llena de libros llevando en mi iPad más de 400 libros de música para poder complacer a mis escuchas. Jamás pensé en tener un teclado ligero que tuviera la fidelidad de un Steinway & Sons sin preocuparme de la afinación.

Cuando nació mi hija Diana era muy caro llamar por celular y ahora es raro que alguien no lo tenga. Si no tienes redes sociales literalmente no existes, poder llamar al otro lado del mundo de manera instantánea es un logro que las nuevas generaciones ven como normal, mientras nosotros teníamos que esperar en ocasiones varias horas para poder llamar a Europa o a oriente porque las comunicaciones eran difíciles.

Estoy feliz de haber vivido este cambio tecnológico y seguramente no voy a vivir en el mundo de los Supersónicos, pero en 30 años mis hijos tendrán mi edad y yo seré un señor de ochenta y tantos años y ni siquiera se me ocurre que tendremos ni con que estaremos viviendo.

En la cocina no solo es la licuadora por el molcajete, hay mucho más, tan solo veamos lo que ha avanzado en los últimos tres años la posibilidad de tener una cafetera para hacer expreso o capuccino en casa y ya lo vemos como normal.

La innovación viene en todos los rubros y lo que era simplemente un artefacto de película de James Bond es ahora una herramienta del diario. Lo único que pido es que no dejemos que la tecnología supla cosas como el poder vernos, tocarnos y escucharnos en vivo y frente a frente. Hasta la próxima semana.

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