El diputado Ángel Jacinto

El recinto legislativo de pronto se llenó de aplausos, incluso de incredulidad: Ángel Jacinto Noh Tun, diputado infantil por José María Morelos...

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El recinto legislativo de pronto se llenó de aplausos, incluso de incredulidad: Ángel Jacinto Noh Tun, diputado infantil por José María Morelos, acababa de dar una impecable cátedra de oratoria con el tema “Medidas y transparencia contra actos de corrupción”, en el que fustigó a los diputados por su lentitud para enjuiciar a Roberto Borge.

El joven estudiante de la escuela de tiempo completo “Cuauhtémoc” de la comunidad de Xcabil, con el dedo flamígero buscó entre el público presente a todos y a nadie en particular, para señalar que la corrupción es un problema que lastima a los mexicanos y propicia un freno para el desarrollo.

Su participación en el Séptimo Parlamento Infantil 2017 ha sido catalogada como la más destacada de todas las ediciones de este ejercicio democrático, por la firmeza de su voz, la espléndida manera de comunicarse con la audiencia y lo vibrante de su disertación que levantó a los asistentes de sus asientos para dedicarle una salva de aplausos.

“Todos estamos atónitos por la corrupción, la ausencia de valores que levantan la ola de violencia en el estado, cuántos de los aquí presentes no hemos gritado ¡ya basta de asesinatos, secuestros, violaciones y robos!”.

“Hemos tenido gobiernos que se han servido del abuso del poder y de la impunidad, los pueblos se han manifestado en contra de los malos gobiernos que han padecido guerras civiles, revoluciones, movimiento armados y distintas manifestaciones populares”.

Estas son sólo algunas de las frases entresacadas de su intervención en el Congreso del Estado, que gracias a las redes sociales se volvió viral, donde se esparcieron opiniones diversas, entre ellas, criticando que el jovencito sólo memorizó un discurso que otra persona le escribió y que fue utilizado para fines políticos.

Como sea que fuera, se necesita tener mucha valentía y quizá también esa ingenuidad y arrojo tan propio de los niños, para enfrentarse a decenas de personas que al final, se le entregaron a Ángel Jacinto.

Una seria reflexión nos debe llevar a decir que si bien detrás del niño diputado hubo personas que lo indujeron a manejar el discurso contra la corrupción, su valentía y carácter para abordar un tema que los propios diputados han olvidado son motivos suficientes para reconocerlo.

No pretendamos ser más papistas que el Papa, el jovencito de origen maya es un ejemplo del enorme talento que tienen los niños quintanarroenses, porque pararse a hablar del tema que fuere ante una audiencia numerosa y hacerlo con la prestancia de Ángel Jacinto es digno de elogio.

Ojalá que como él, los diputados que ganan exorbitantes salarios, disfrutan todo tipo de comodidades y lujos, se den cuenta que la sociedad votó por ellos no para que desde sus curules levanten la mano como zombis, sino para responder a los justos reclamos de justicia en contra de quienes depredaron a Quintana Roo y hasta ahora, están quitados de la pena gastando los millones que se robaron impunemente.

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