El fantasma de la recesión está bajo la cama
En una reciente entrevista televisada con nuestro flamante nuevo secretario de Hacienda...
En una reciente entrevista televisada con nuestro flamante nuevo secretario de Hacienda se asomaron los números del ya evidente estancamiento económico; mientras el secretario Herrera, con una mesura que me pareció profesional ilustró un escenario muy diferente.
No se esmeró en desglosar medidas efectivas que lucieran más contundentes que las recientemente anunciadas por el ejecutivo para “dar un empujoncito” a la economía, sino que se afanó hasta donde le dieron todos los recursos más recónditos de esta lengua bendita castellana y lo engalanó aún más con toda la retórica que su indudable alto nivel le corresponde, en dar otras cifras.
Amarga tarea tiene este hombre que, a pesar de su infortunada deriva, no dejo de admirar por su innegable inteligencia y aplomo; y buen tino ha tenido este gobierno en esta secretaría (con la mitad de ese cerebro me conformo en la SCT).
Sin embargo, el barco hace aguas y negarlo es irresponsable. No culpo a los que no son versados en macroeconomía o en gobierno que opinen al bulto sobre temas que no conocen (por ejemplo: un aeropuerto). Sin embargo, un dechado de virtudes como el secretario Herrera y muchos otros que secundan las decisiones erráticas de este régimen presidencialista pecan mucho de irresponsables.
No imagino la tortura que significó, para un hombre brillante, pero aplastando por el compromiso como Herrera, pararse en un foro público y empezar por descalificar las formas de medición del desempeño económico usando argumentos muy convincentes pero muy parcializados.
A ver: si los parámetros macroeconómicos que ahora arrojan una recesión inminente no son adecuados, pues en campaña debieron haber prometido un crecimiento del 0.9% anual usando los parámetros de ese momento y un crecimiento del 4% usando los que ahora dicen, ¿o no?
Gracias a Dios la imagen mediática del gobierno ha sido mesurada, por suerte no ha pasado de las conferencias mañaneras que considero un gran avance, un poco excesivo porque realmente creo que es demasiado pararse diario por horas desde el amanecer y de ahí irse a aguantar las tragedias de dirigir una nación.
Sin embargo, tarde o temprano no habrá manera de ocultar esta situación a menos que acaben con la internet o empiecen a dar datos falsos de puras fuentes gubernamentales y no externas.
Para ese momento ya veremos otros portentos así que espero no llegue a tanto. Es imperativo atraer inversión y con una tasa de interés de bonos aún menos no será de forma inmediata, las ayudas sociales en forma de tarjetas de gastos es una movida magistral porque obliga a usarlas en establecimientos regularizados y no en la economía informal.
Es muy bueno y tranquilizante que en los cargos relacionados con economía el gobierno haya escogido a mentes frías que sean capaces de sentarse a platicar con el sector privado al tú por tú.
Pero tarde o temprano terminará la fiesta, sin actividad económica creciente se reducirá la recaudación y sin aumentar la base gravable con el añorado IVA al consumo la espiral irá descendiendo sin parar.
No se podrán tener recursos amplios si sólo se recauda el 14% del PIB por no gravar alimentos y medicinas.
La carga se irá inclinando hacia las empresas y se aumentará el terrorismo fiscal que ya empieza a ser hasta del orden penal. Sin empresas prósperas que reinviertan no habrá generación de empleo, no se pagarán impuestos y el resultado será, bueno, exagerando un poco: Venezuela.
Lo curioso de todo es que todo este manual de “DESTRUYA SU ECONOMÍA USTED MISMO” está ampliamente documentado en teoría y en la práctica.
No hay fórmulas mágicas ni pociones que valgan, si no se impulsa la creación de pequeñas y medianas empresas prósperas y con beneficios fiscales no habrá empleo ni riqueza. Y bien lo dijo Herrera: “no habrá exenciones fiscales para inversionistas, no estamos en condiciones de hacerlo”.