El machismo y la misoginia se niegan a morir
José “Chepe” Contreras, presidente municipal de Bacalar, representa en toda su expresión las prácticas...
José “Chepe” Contreras, presidente municipal de Bacalar, representa en toda su expresión las prácticas que algunos gobernantes se niegan a dejar en el pasado como es la agresión y misoginia, la cual ejerció contra la síndico Vanessa Piña, a quien le retiró la representación legal que le otorga la ley, misma que ya le fue restituida por el Tribunal Electoral de Quintana Roo.
Pero el asunto no termina ahí porque si bien en el resolutivo del lunes del Teqroo dice que en tal acción, es decir el retirarle la representación legal del municipio de Bacalar, no hubo violencia política en razón de género, la síndico ya presentó una queja formal contra “Chepe” por ese tipo de conductas, en la cual detalla las vejaciones vividas previo a la sesión de Cabildo, en la que se le retiran las facultades del cargo que ostenta.
El asunto es más grave aún porque tales agresiones ejercidas contra la síndico tienen como origen una denuncia por acoso sexual que una empleada de limpieza presentó contra uno de los colaboradores de “Chepe”, y la síndico intervino a favor de la demandante. A partir de ello inició el bombardeo contra la síndico.
Si bien la empleada ya retiró la denuncia, vaya usted a saber porque motivo, la síndico continúa adelante y ha presentado, como ya dije, una denuncia por violencia política en razón de género que nada tiene que ver con lo resuelto por el Teqroo.
En resumen, “Chepe” Contreras no se salva aún de ver su nombre en el padrón de agresores contra las mujeres y de perder así la posibilidad de reelección en el 2024 o, peor aún, ser destituido del cargo.
La última palabra la tienen las autoridades en la materia, mientras tanto el caso se ventila en los medios de comunicación y redes sociales.
El tema es delicado por donde sea que se le mire, puesto que deja ver las prácticas de misoginia que, aún en pleno siglo 21, algunos gobernantes ejercen contra de las mujeres.
Pero además nos pone a pensar, independientemente del cargo que se ostente, sobre los reiterados episodios de acoso que viven las mujeres en todos los ámbitos y que, en algunos casos, se niegan a denunciar para no ser revictimizadas por las autoridades o que el agresor ejerza todo el poder que le otorga el cargo contra su persona. Hasta la próxima.