El tan deseado Imperio de la Ley
La Ley: el invento más perfecto de la civilización humana, y lo es porque es el regulador de la convivencia entre personas de la sociedad...
La Ley: el invento más perfecto de la civilización humana, y lo es porque es el regulador de la convivencia entre personas de la sociedad. Sin ley la fuerza sería igual a la razón y estaríamos a merced de los que están armados o de los que tienen más músculos. El Imperio de la Ley es la clave para el funcionamiento de la sociedad perfecta. Una legislación basada en los derechos del hombre y en el respeto a la propiedad personal y su irrestricta aplicación es lo que se le conoce como el Imperio de la Ley. Tristemente en nuestro país aún el Imperio de la Ley no prevalece en toda su magnificencia. Vivimos a merced del armado o del más fuerte. Para colmo, los elegidos por nosotros mismos mediante voto secreto han hecho de la legislación que regula nuestra convivencia una especie de papalote y lo han echado a volar.
Estamos siendo extorsionados por gremios o por facciones de la sociedad para aplicar una versión bizarra de la legislación máxima de nuestra patria que es la Constitución Política. Una de las versiones más aberrantes de ésta es la llamada “Usos y Costumbres”, la cual permite que en medio de un país incorporado de pleno al Siglo XXI se cometan violaciones a la paz pública dignas del más oscuro reino de la Europa profunda en época medieval. Soy personalmente testigo de esto al ver a un colega mío que han sufrido el robo de un vehículo en Tuxtla Gutiérrez con localizador satelital; al avisar éste que el vehículo se encontraba en una pueblo de la región Chamula la cara de desazón de tanto policías locales como federales fue latente. Nos aclararon que era imposible recuperar el vehículo pues, al ser región gobernada por “usos y costumbres” no había manera de ir a recogerlo sin sufrir agresiones que quedarían impunes o que bloquearan la carretera a toda una región durante semanas. Esto está sucediendo en nuestro país, estados dentro de estados, gobernador por paramilitares y regidos por atrasos que al turista o al nacionalista irracional se le hacen pintorescos pero que resultan tan absurdos como vender a sus hijas, cosa que hacen con la mayor naturalidad, o dejar impunes asesinatos pues era “cosa de honor”.
Yo mismo fui víctima este jueves 11 de mayo de una amenaza de piedra por parte de un ciudadano al pasar en un taxi rumbo al aeropuerto de Chiapa de Corzo e intentar vadear un retén.
El reclamo de los descarados manifestantes era pedirle al gobernador que se derogara un contrato otorgado entre empresas privadas (ni siquiera de obra pública, como si eso lo justificara) de movimiento de tierras en el aeropuerto. Una simple y vil extorsión so pena de bloquear el acceso al aeropuerto de donde fluyen miles de turistas que son el sostén de miles de familias chiapanecas. El uso de la fuerza contra los trasgresores de la ley es lo más normal del mundo; sin embargo no en México.
Aquí es preferible soportar cualquier cosa con tal de no pagar el precio político de aplicar la fuerza de la ley aunque haya sangre de por medio. Soportar lo insoportable pero no ser llamados represores o fascistas por los mismos que permiten que se mancille el sueño de tantos hombres brillantes que idearon un código de convivencia llamado Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es muy triste que a 100 años de haber rubricado nuestro acuerdo de civismo más sagrado aún no lo logremos aplicar en su totalidad.