El valor de la cultura
Y siguen las escenas de terror en nuestro Cancún. Tiroteos, persecuciones, códigos rojos y demás cosas que pueden llevar al sacrificio inminente de la gallina de los huevos de oro...
Y siguen las escenas de terror en nuestro Cancún. Tiroteos, persecuciones, códigos rojos y demás cosas que pueden llevar al sacrificio inminente de la gallina de los huevos de oro. Se invierten en muchas cosas pero se sigue dejando a la cultura de lado.
El invertir en cultura realmente podemos lograr una sociedad más segura, más en paz y con un cambio real en nuestro estilo de vida. La cultura genera el 7.4% del PIB, y los políticos no entienden que este número se logra con un ridículo presupuesto asignado del 0.0002%.
Imaginemos que se le asigna el 1.0%, y aparte de que subiría ese 7.4% aumentarían los 600 mil empleos directos adicionando que la cultura esencialmente es bienestar y cohesión social, además de elevar el nivel educativo y la satisfacción estética.
Si sumamos la parte económica y el bienestar se tiene un verdadero desarrollo integral. De nada sirve que México sea rico en términos de creatividad si existe una miopía social que no reconoce esta riqueza.
Se dice que cada día la gente se involucra más en los términos culturales, pero eso no es suficiente, se necesita compromiso. Nuestros líderes hablan de involucrarse en esto o lo otro, pero ya de involucrados estamos hartos, se necesita compromiso por parte de todos.
Necesitamos invertir en esto, y estoy seguro que dinero si hay, pero ni siquiera piensan que invertir en cultura nos puede ayudar en muchos aspectos de regeneración social.
Nunca hay un presupuesto decoroso para hacer nada, hasta que el rey en turno se le ocurre algo y se hace, pero no se institucionaliza. Podemos invertir en canchas deportivas pero si no damos redes, balones e instructores no se está ayudando realmente.
Cuando los artistas hablamos no se nos toma en cuenta, porque solo somos artistas y se les olvida que somos una élite cultural e intelectual que, si no tenemos el recurso, sí tenemos las ideas, ya que somos los grandes creadores.
En el primer mundo existen políticas culturales que no piensan en lo que la cultura puede aportar en términos económicos, sino en lo que, de facto, ya contribuye, y por eso los apoyos. Seguiré aplicando la terquenacidad por convicción. Hasta la próxima semana.