Agencias
CHETUMAL, Q. Roo.- El Servicio de Administración Tributaria (SAT) inició la destrucción de más de 40 millones de cigarros introducidos ilegalmente al país, la cantidad más grande en lo que va de la presente administración. El organismo fiscalizador informó que esta acción, en coordinación con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), se llevó a cabo el lunes en la Aduana “Subteniente López” de Chetumal.

Los cigarros fueron decomisados en 2013 mediante 15 procedimientos, debido a que no cumplen con lo establecido por la Ley General para el Control del Tabaco y su Reglamento, como son leyendas, pictogramas, imágenes, mensajes sanitarios, etiquetado, leyendas de advertencia, entre otros, según publicó Notimex en su página de Internet. 

De acuerdo con un comunicado, durante el evento el titular de la Cofepris, Mikel Arreola, dijo que de 2013 a la fecha se han decomisado 204.5 millones de cigarros ilegales.

Por su parte, el administrador general de Aduanas del SAT, Alejandro Chacón, expuso que los cigarros fueron decomisados principalmente en Yucatán, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.

El SAT detalla que la mercancía destruida ostentaba marcas comerciales como Jaipur, Jaisalmer, Pride, Black Jack, Chiapas, Ultima, Red Smoke, Meridian, Fugitivo, Paradize, Win, Miura, El Elegante, XO, Valentine, Alamo, entre otras, procedentes de países como Vietnam, India, China, Canadá, Paraguay y Estados Unidos.

Con la presencia de la directora de la Oficina Nacional de Control de Tabaco del Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones (Cenadic), Ana Marlene Espinosa Martínez, se trituraron los productos que ingresaron al país por la frontera con Belice sin cumplir con el pago de impuestos ni con la regulación sanitaria.

El administrador general de Aduanas sostuvo que el comercio ilegal de cigarrillos ocasiona una erosión al fisco de cinco mil 800 millones de pesos al año, tan sólo del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), además de que representa altos riesgos para quienes los consumen, pues no cumplen con normas mínimas de calidad.