Un incendio en tres de cinco locales ocupados en Plaza del Sol por miembros de la comunidad judía, detonó un conflicto que tiene ya tres meses, debido al uso irregular de estos espacios propiedad del gobierno municipal.

De acuerdo con datos proporcionados por Limber Flores Cruz, jefe del departamento de Verificación y Ordenamiento Comercial en el ayuntamiento, hace 90 días se detectó su uso irregular y la falta de permisos de operación de los locales usados por empresarios de origen judío.

Al plantearles la situación y la obligación de volver a su giro original, que no incluye el uso de una cocina y una panadería, los representantes de esa comunidad argumentaron ser objeto de una persecución de tipo religiosa en su contra, por lo que el caso se está analizando en el ámbito legal.

Los locales fueron entregados, supuestamente en arrendamiento, durante la administración de Aurelio Omar Joaquín González en 2013, año en el que se vendió en 18 millones de pesos una parte del polígono del parque Benito Juárez, que también era propiedad del ayuntamiento, a empresarios del mismo origen étnico y cuyo valor era tres veces mayor.

El incendio, que pudo ser controlado a tiempo antes de que se expandiera a los demás locales, ocurrió alrededor de las 10 de la mañana de ayer, y según elementos del Cuerpo de Bomberos que respondieron al llamado de los propios locatarios de la plaza, fue provocado por un cortocircuito en el cableado de un congelador que se encontraba en un local utilizado como bodega.

El siniestro, que no dejó víctimas, pero que sí causó una intensa movilización de personal de emergencia, se suscitó en los locales rentados por la comunidad judía en la segunda planta de la Plaza del Sol, en la parte sur del edificio, en la Quinta Avenida con calle Primera Sur y Benito Juárez.

En el mismo nivel se localizan varias oficinas de dependencias municipales, entre ellas la dirección de Turismo y Desarrollo Económico.

En la planta baja operan dos loncherías y un restaurante. Los arrendatarios intentaron entrar a los locales para extraer los productos, alimentos y utensilios que usan en el restaurante que operan en el local en la parte oriente, pero el personal de la dirección de Protección Civil se los impidió.

Una vez concluida las inspecciones para cerciorarse de que no existiera peligro alguno, fueron colocados sellos de suspensión de actividades. Momentos después, Limber Flores, quien tiene sus oficinas a unos cuantos metros del sitio afectado, dio a conocer que ninguno de los cincos locales cuenta con permisos de operación.

También confirmó que en el tema están involucrados los titulares de la Subdirección de Ecología, Desarrollo Urbano y Protección Civil, los cuales expiden las autorizaciones de destino y uso de suelo, pero que después de la postura de estas personas de que se les presiona por la religión que profesan, el tema quedó pendiente ante el temor de que los extranjeros tomen acciones legales contra el ayuntamiento.