Se debate entre la vida y la muerte Payo Obispo Zoo

Lo que un día fue un espacio pintoresco y recreativo, hasta hace poco ícono othonense, hoy agoniza.

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El parque zoológico está conformado hoy por 430 ejemplares. (Harold Alcocer/SIPSE)
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Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q.Roo.- Lo que un día fue un espacio pintoresco y recreativo, hasta hace poco ícono othonense, uno de los dos únicos zoológicos que había en toda la Península de Yucatán, hoy se debate, por encima de la modernización, entre la vida y la muerte.

El concepto que pretendieron darle al Zoológico Payo Obispo en su transición a Biouniverzoo, se quedó a la mitad desde el 2010.

Hace 38 años, ante la necesidad de brindar tanto a visitantes locales como a turistas un espacio para la convivencia y recreación en interacción con los animales y vegetación endémica, además de impulsar la educación y cultura de las nuevas generaciones, nació el “Jardín Zoológico Payo Obispo”, en el que decenas de personas acudían cada domingo a convivir con animales de diferentes especies, desde osos negros hasta leones, pasando por juguetones monos verdes y papiones sagrados que desaparecieron en la transición de zoológico a parque temático.

“Lo que no podía faltar en aquel entonces, eran los paseos en trenecito en el que los visitantes veían a los animales asomarse cada vez que tocaban el silbato del ferrocarril. Esto volvía una experiencia inolvidable, principalmente para los más chicos de la familia que disfrutaban al máximo el entretenido recorrido sobre rieles”, comentó emocionada María Concepción Sosa Pech.

En el 2008, durante la administración municipal de Andrés Ruiz Morcillo, el zoológico cerró sus puertas para iniciar con el proceso de remodelación. Las autoridades municipales determinaron convertirlo en un Corredor Biológico Mesoamericano, bajo la marca Biouniverzoo. El Zoológico Payo Obispo estaba extinto.

De acuerdo con la información difundida entonces, se proyectaron 60 millones de pesos para la obra, pero al final tuvo una inversión superior a los 120 millones, solamente para la primera y parte de la segunda fase, porque nunca lograron concretar la remodelación a cargo de la empresa Promotora de Desarrollos Urbanos y Ambientales (Prodeurba).

Además de tener un proyecto inconcluso, al parque zoológico le quitaron poco más de una hectárea de terreno, en la que el gobierno del estado construyó el Planetario "Yook'ol Kaab y el Centro Educativo de Cambio Climático en Chetumal, éste último igualmente sin concluir y sumamente criticado por la ciudadanía.

Daniel Baruch Lucero, director del zoológico durante la administración de Mario Villanueva Tenorio, mencionó que en la transformación del parque temático fueron retiradas algunas especies que no formaban parte del Corredor Biológico Mesoamericano, quedando 38 variedades de fauna representadas por 430 ejemplares, entre ellos venados cola blanca, pecarís, tejones, guacamayas, jaguares negros y amarillos y ocelotes, por mencionar algunos.

“Anteriormente había animales que no eran representativos de la zona centro-sur del país, así como del centro-sur de la zona latinoamericana, que es donde nos encontramos, entonces eso ocasionó que enviáramos a otros lugares algunas especies exóticas y que no pertenecían a esta parte”, comentó.

Si bien, el parque zoológico está conformado hoy por 430 ejemplares, la cifra era mayor, ya que muchos murieron en los últimos tres años por descuido de las propias autoridades del lugar.

Como ejemplo, durante la dirección de Leslie Paola Martínez Ramírez, fallecieron 27 animales del 2011 a enero del 2013, muertes que no fueron reportadas ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Según información recadaba, los ejemplares fueron enterrados en los mismos terrenos del parque.

Además de la defunción de los animales, se hablada de supuestas irregularidades, entre ellas la adquisición de un nuevo tren para niños con un costo aproximado de 3.2 millones de pesos, así como la desaparición del ferrocarril original, lo que llevó al cese inmediato de Martínez Ramírez. La empresa contratada no concluyó y hubo necesidad de renunciar a la marca que formaba parte del ambicioso proyecto, que ahora lleva el nombre de Payo Obispo Zoo; no obstante, a principio del año 2013 fallecieron siete animales más, entre ellos la pareja de avestruces, supuestamente por motivos naturales tras una pelea entre ambos, aunque versiones extraoficiales aseguraron que había sido por la disputa de comida. Además, dos venados cola blanca, uno de ellos por sufrir lesiones en el interior de su organismo, ya que al pelearse con otro de su misma especie se le reventaron las vísceras, por lo que fue imposible reanimarlo.

Lo anterior propició que la Profepa anunciara una multa al zoológico Payo Obispo Zoo por un monto no determinado, luego de incumplir una serie de señalamientos realizados, tras una supervisión aplicada igualmente a principios de enero por la dependencia federal.

Entre los señalamientos, solicitaban el inventario actualizado de los ejemplares de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA), validado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), las notificaciones de altas y bajas de los animales, así como los informes anuales del 2011 y 2012. Estos faltantes fueron solventados el último día de abril del presente año.

Baruch Lucero entrega un parque zoológico en pie, pero con muchas deficiencias, entre las que destacan instalaciones deterioradas, recorte de personal, así como un presupuesto de seis mil pesos mensuales para la alimentación de los animales, que debería ser de 70 mil en el mismo período.

La falta de mantenimiento de la infraestructura del parque zoológico es evidente, pues se ha presentado la fuga de algunos animales, situación que fue confirmada por el propio director, pues dijo que a causa de un error humano un lagarto salió de su jaula y se fugó un pecarí.   

Además, el tren, mucho más endeble que el anterior, no puede entrar en funciones, ya que las lluvias ocasionaron inundaciones en algunas partes donde pasan las vías ferroviarias cercanas al Planetario, debido a que están por bajo de dos metros del nivel del suelo. 

Payo Obispo Zoo recibe los fines de semana entre 250 y 300 personas; entre semana es de 100 a 200 personas. El horario de apertura es de miércoles a domingo de 10 de la mañana a 17 horas. Las entradas tienen un costo de 20 pesos para niños menores a 12 años y 30 pesos para los adultos.

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