Entretenimiento

¿Qué es lo que consumimos? ¿Cultura, entretenimiento, cultura y entretenimiento o simplemente es la cultura del entretenimiento?

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¿Qué es lo que consumimos? ¿Cultura, entretenimiento, cultura y entretenimiento o simplemente es la cultura del entretenimiento? Creo que el tema da para mucho.

Pan y circo es lo que funciona, y para que ello funcione debemos de tener a la gente entretenida y no es con cultura. Veamos la televisión, las obras de teatro, las revistas de espectáculos o las revistas del corazón mejor dicho.

Todo es entretenimiento y todo ello carece de cultura, y me refiero a que carece de cultura porque si no lo sabes no pasa nada, y si lo sabes también no pasa nada; una dosis inicua llena de banalidades.

Mario Vargas Llosa ya había lanzado su primera piedra, con toda la autoridad moral de la que lo invistió el Nobel, en su libro “La civilización del espectáculo”, donde culpa al predominio de la diversión del desvarío de nuestros días, de la ausencia de discernimiento para separar lo bueno de lo malo, y la incapacidad de diferenciar el arte de lo que no lo es.

Quizá lo que más me preocupa ahora del mundo es la confusión que existe entre cultura y entretenimiento.

Confusión que no creo inocente y que tiene un claro objetivo. El entretenimiento da más dinero que la cultura y se busca, por lo tanto, que los tiempos y espacios que se dedican a actividades culturales sean invadidos por la industria (y digo industria a propósito), del entretenimiento para hacer negocio (que es la negación del ocio).

Y digo esto porque dentro del horizonte social, la cultura se identifica con el conocimiento y la educación.

Pero mi experiencia de muchos años en la materia me indica que ahora identificamos cultura con espectáculo.

Y el espectáculo no se concibe como una propuesta de pensamiento o belleza, sino como un modo de diversión fácil.

En el año 2000, el entretenimiento produjo 500 mil millones de dólares, y esta cifra se triplicó en 2008.

Y cada vez es más extenso el territorio del entretenimiento, en la medida que existe una convicción mayor que actividades tan “serias” como aprender y producir pueden expandirse si se realizan en un marco lúdico.

Así que tenemos que cambiar la forma de hacer cultura y dejar de quejarnos si es o no cultura. Hagamos cultura de otra forma. Hasta la próxima semana.

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