Fotos y video: Daniel Pacheco

Daniel Pacheco/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- El cronista de Playa del Carmen, Raymundo Tineo Celaya, documentó el impacto que está dejando la erosión en la costa central de la ciudad principalmente; señaló junto a elementos guardavidas  y representantes empresariales, que la mayor pérdida se ha presentado entre calle 8 a la 16.

El historiador captó fotografías mientras recorrió a pie la zona costera ‘antigua’, entre los muelles Ultramar y la Terminal Marítima local, y captó cómo el golpe de las olas llegaba a las estructura de los edificios de los hoteles y clubes de playa, cómo las palmeras han quedado desnudas en sus raíces bajo el riesgo de desplome y los turísticas sortean su paso entre piedras y cuerdas de lanchas.  

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Por ello, exhortó a las autoridades de los tres niveles de gobierno a tomar medidas con base en trabajos científicos sólidos y no con criterios de políticas con visión de tres o seis años para encontrar soluciones. 

“La realidad es que tanto empresarios como políticos jugaron a que todo se podía hacer, a que más vale pedir perdón que pedir permiso y aquí están las consecuencias. A ver qué turistas van a querer venir a estas playas, es una tragedia, una tristeza y un crimen contra la naturaleza que hayan hecho estos proyectos que han confundido las corrientes”, dijo Tineo Celaya.

De acuerdo con los antecedentes que ha observado durante los últimos 23 años, su proyección no es positiva e incluso señaló que la pérdida de playas empeorará durante los próximos 10 años, mientras turistas nacionales y extranjeros continuarán yéndose junto con la arena.

Advertencia previa de expertos

Recordó que hace 30 años, científicos cubanos advirtieron a las autoridades e iniciativa privada que no se debía construir cerca de las dunas y menos edificar espigones.

“Me río de nervios, coraje y de dolor, es una estupidez muy grande lo que han hecho estas gentes y piensan que esto es algo pasajero. Hace unos años hicieron un relleno millonario justo en esta zona, pero nunca se hicieron los estudios ni mantenimiento correspondiente, lo hacen para taparle el ojo al macho y salir del tiempo político sin ningún seguimiento”, dijo el cronista. 

De manera simultánea, otros actores de la vida costera como el ambientalista pionero Aniceto Caamal Cocom y el empresario Lenin Amaro Betancourt externaron su opinión acerca del mismo problema.

“Hoy recorrimos tres zonas muy afectadas por la erosión en nuestra Playa del Carmen. La primera está en la zona centro, la segunda en la conocida como Shangrilá y la tercera más al norte, en donde podemos ver la negativa afectación de costaleras, escolleras muelles y espigones”, dijo el también promotor indígena, Caamal Cocom.   

“Están en riesgo 250 millones de dólares de inversión por la falta de arenales, pese a que hace algunos años se invirtió en un proyecto de recuperación de playas. Pagamos un Fideicomiso de Playas para el mantenimiento de las mismas, lo que significa 24 millones de pesos mensuales que se desaparecieron en los últimos años. Es importante que la autoridad investigue dónde está ese recurso”, reclamó el también exlegislador Amaro Betancourt.

La historia de la erosión

-El 1er proyecto de recuperación de playas, originalmente fue aprobado desde el 2007 y ratificado en 2009, se consideraba abarcar nueve kilómetros desde Playacar y hasta Punta Esmeralda.

-Fue en 2010 que se comenzó con el relleno de arenales, abarcando 4.2 kilómetros de litoral en Solidaridad, con aportación de 102 millones de pesos de recursos locales.  

-El cronista de Playa del Carmen Raymundo Tineo Celaya y el ambientalista Aniceto Caamal Cocom participaron el pasado 2015 en el documental ‘Erosión’, mediante el cual han denunciado la problemática de pérdida de arenales en este destino.

-Representantes de los sectores pesquero, turístico, ambientalistas y guardavidas, coinciden esta semana se ha percibido la perdida de alrededor de 30 metros de playas, siendo el punto de mayor degradación a la altura de la calle 12 con Zofemat.

-Guardavidas estiman que desde el pasado fin de semana alrededor de 500 paseantes diarios (entre familias completas, parejas y adultos mayores) han tenido que caminar entre piedras, cuerdas de lanchas y estructuras colapsadas.