Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Al menos siete de cada 10  personas que acuden a terapia con el psicólogo manifiesta ansiedad, estrés, depresión, tristeza, neurosis y la mayoría la acompaña con enfermedad como gastritis, colitis, dolores de cabeza, contracturas musculares, ataques de ansiedad y estrés por el mal manejo de sus emociones.  

Quienes manejan sus emociones modulando la intensidad y duración de la tristeza, felicidad, indignación, comprensión o enojo, se adaptan fácilmente al cambio, y a largo plazo se manifiesta en una buena salud y calidad de vida, explicó el psicólogo investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Benjamín Domínguez Trejo. 

Sucederá lo contrario en aquella persona que es rebasada por sus emociones y no logra controlar la tristeza, enojo, frustración o tolerancia, pues a corto plazo su estado de ánimo se somatizará con alguna enfermedad.

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El psicólogo, quien atiende a pacientes con dolor y cáncer, afirma que un nivel elevado de inteligencia emocional genera una vida más disfrutable.

Hay estudios que indican el estado de ánimo del paciente por medio de la nariz, pues la temperatura de esta indica el estado emocional con exactitud; si es alta, están tranquilos, y entre más fría, más estresados.

El investigador ha hecho marcadores de medición en inteligencia emocional en el sistema nervioso, que le ayudan a detectar con qué facilidad una persona se adapta o no a las transformaciones en su ambiente social, laboral, familiar y escolar.

Para el psiquiatra y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Rafael Salin- Pascual, de la UNAM, son la ansiedad, preocupación excesiva, estilo de vida, incluso vivencias, las que detonarán la crisis emocional. 

“El odio, la venganza y los celos son emociones negativas que no tienen una raíz netamente biológica, pues el entorno social es el que contribuye, y los llamados trastornos psicosomáticos, aquellos mal resueltos que generan manifestaciones orgánicas como gastritis, colitis, algunas formas de migrañas o tensión muscular crónica”, explicó. El estímulo emocional competente dispara el proceso de una emoción originada en el ambiente.