Abigail Becerra/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- En la actualidad el estado registra 92 mil 798 hombres y mujeres en edad productiva que de no contar con un trabajo formal que les otorgue prestaciones, en 20 años el panorama que les espera será crudo y precario cuando estén en la tercera edad.

Pese a que en el estado la brecha generacional tiene mayor peso en los varones existe una alta preocupación por los estudiosos en la medicina gerontológica hacia las mujeres quienes al desempeñarse durante toda su vida como amas de casa, carecerán de pensión por jubilación. En México sólo el 30% de los trabajadores accede a una jubilación cuando alcanzan la edad mayor, según información del World Economic Forum.

Quintana Roo cuenta con aproximadamente 42 mil 596 adultos mayores de 60 años y más, de los cuales 20 mil 934 son mujeres y 21 mil 662 hombres, pero la cifra va en aumento.

Bajo este panorama Diego Benardini, médico y académico procedente de Washinton D.C., explicó que son ellas quienes envejecerán solitariamente, debido a que tienen la mayor expectativa de vida en comparación que los hombres, con más morbilidades relacionadas e irremediablemente pobres porque no tendrán los recursos económicos para atenderse.

Bernardini advierte que los países emergentes como el nuestro se enfrentarán a un panorama adverso con una población vieja y carente de gente productiva y de políticas públicas que palíen la transición demográfica, pero además de la falta de disponibilidad del personal de salud para brindar con calidad y calidez esta población, así como de la falta de especialización en las ramas de la medicina dirigidas a las morbilidades de las personas mayores.

En esta parte de la población el especialista subrayó que las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) como el cáncer, diabetes mellitus, hipertensión arterial, eventos cerebrales vasculares, padecimientos del corazón entre otros, predominarán como las enfermedades que generen el gasto mayor en salud, comparado con gastos de guerra.

“Sin la educación en medicina preventiva, las camas hospitalarias estarán ocupadas por adultos mayores con una o varias patologías, enfermos complicados de los que pocos especialistas tendrán la capacidad para su atención”, apuntó.

Indicó que en el país, como en Quintana Roo tres de cada cuatro personas entre 20 y 79 años de edad son diagnosticadas con alguna o más de dos de las enfermedades antes mencionadas, misma que dan origen al 75% de las muertes registradas, sobre todo tienen preferencia entre la población más pobre y con menor educación.

Ante esta situación el académico llamó a los médicos familiares y generales a salir de sus trincheras: hospitales, centros de salud, clínicas y consultorios particulares para iniciar una cruzada y fungir como educadores más que ser prescriptores, visitar su entorno social y organizarse y ejercer presión como un grupo de salud para influir en la realización o reforzamiento de leyes, normas, reglamentos a favor de mejorar la calidad de vida de sus adultos mayores desprotegidos, pobres y extremadamente enfermos, así como evitar el mismo camino a los habitantes más jóvenes.