Abigail Becerra/SIPSE

CANCÚN, Q. Roo.- Lo mejor que a un niño con descuido, vagancia, omisión de cuidados, víctimas de violencia con padres alcohólicos, o con delitos de índole sexual, es que lleguen al Sistema para Desarrollo Integral de la Familia (DIF), debido a que en las calles pueden tener un alto riesgo de ser raptados o sometidos para ejercer con ellos distintos crímenes, aseguró la procuradora de la Defensa del Menor y la Familia, Ana Luz Ortega Escamilla.

 

Esto después de revelar que en el 2012 recibieron en la Casa de Asistencia Temporal (CAT) 268 niños y niñas.

 

Comentó que 187 menores salieron después de haber concluido su proceso ministerial, lo demás tuvieron que quedarse a iniciar el año al interior de la casa. 

 

Del total de menores recibidos, indicó que 107 niños por apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública, 30 por maltrato familiar, 32 por resguardo del Ministerio Público como víctimas de delito, 16 por violación, 14 explotación infantil, 10 abuso sexual y sólo un caso por trata de personas.

 

Informó que a la fecha, en el CAT cuentan con 53 niños, 10 menos que hace una semana, debido a que ocho menores que ingresaron a finales del 2012 por situación de abandono y que además eran familiares entre sí, regresaron a sus hogares, puesto que los padres cumplieron hasta el fin con el proceso administrativo que exige la dependencia, comprometiéndose además en tener más cuidado en los menores, misma situación para dos menores más por orden de juzgado.

 

Sin embargo, algunos de los 53 niños, en unos días alistarán maletas para mudarse a la Casa Hogar en la capital del estado.

 

La procuradora indicó que la mayoría de los niños que ingresan son por delitos sexual, es decir, desde manoseos o señas obscenas hasta la penetración y en este caso, dijo que la mayoría de las menores adolescentes revelaron que tenían relaciones sexuales consensuadas con personas ajenas a sus familias, no así para los niños y niñas menores de 12 años, donde el agresor sexual son personas allegadas a la familia e incluso mismos familiares.

 

Por lo que su trabajo, aseguró, es verificar las redes de apoyo y comprobar que con las personas que van a permanecer sean las idóneas o al menos garantizarle al Ministerio Público que el menor no tiene ningún riesgo.

 

Estas acciones en el CAT, junto con el Programa de Atención a Menores Adolescentes, previenen y sensibilizan a los pequeños y a la sociedad en general para que conozcan la forma en que deben de tratar a los menores, con el fin de no caer en abusos o descuidos, apuntó.