La falta de activación física, una mala alimentación y alta ingesta de azúcares, grasas y carbohidratos por parte de las personas en Quintana Roo, ha ocasionado que los índices de obesidad y sobrepeso se disparen en el presente año, de casi la mitad más de lo que se dio el año pasado.

La Dirección General de Epidemiología (DGE) reveló que en el presente año se lleva cinco mil 240 casos más, hasta la semana epidemiológica 40, ya que las cifras alcanzaron los 16 mil 267 personas diagnosticadas con obesidad, pero el año pasado hubo 11 mil 027.

Las estadísticas que reveló el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) precisan que es un incremento de 47.51%.

Del total mencionado, nueve mil 871 casos corresponden a mujeres diagnosticadas con este tipo de Trastornos de la Nutrición.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomendó a la población acudir al módulo de Medicina Familiar en cualquiera de las clínicas públicas para que el médico haga las recomendaciones de la buena alimentación y contrarrestar el sobrepeso que se padece, para tener una salud estable y sin complicaciones.

La obesidad es el resultado de consumir más calorías de las que se gastan y que se convierten en tejido graso activo que produce toxinas, ocasionando inflamación crónica en distintos órganos, dando lugar a alteraciones y trastornos en el funcionamiento de nuestro organismo.

De igual manera puntualiza que la obesidad es una enfermedad prevenible y tratable para evitar padecimientos como diabetes, hipertensión e hígado graso. Lo más recomendable es que no se abuse en el consumo de productos procesados, altos en azúcares y grasas; también recomienda realizar 30 minutos de actividad física al día y dormir por lo menos siete horas diarias.

Esta acumulación excesiva de tejido graso, con relación al peso total de una persona, generalmente se sitúa más en el abdomen, caderas, muslos o brazos, y no es sólo una condición o característica, es un padecimiento crónico, prevenible y controlable.