Un total de 483 familias de la colonia Luis Donaldo Colosio Murrieta y Cristo Rey, en Playa del Carmen, zonas que padecieron el abandono por años, recibieron finalmente sus escrituras públicas que acredita la propiedad privada sobre igual números de inmuebles.

Se trata de la segunda etapa de entrega de estos documentos para los habitantes de la primera colonia, que arrancó en septiembre pasado, en los últimos días del anterior sexenio federal.

Mientras que en el caso de Cristo Rey, se avanza en la regularización de este asentamiento ubicado en el extremo norponiente de Playa del Carmen.

En un acto celebrado en el deportivo Poliforum de Playa del Carmen, los ahora propietarios recibieron de manos de las autoridades federales, estatales y municipales los denominados títulos de propiedad que los acredita como legítimos propietarios.

La gobernadora Mara Lezama Espinosa dijo que son ya un total de dos mil 231 escrituras que se han entregado en Solidaridad en los últimos cuatro meses, con la regularización que arrancó en la colonia Luis Donaldo Colosio, cuya gestión se encabezó en el anterior sexenio.

“Diciéndole a la gente que falta que estamos en el proceso de regularizar porque hay algunas irregularidades, como que aparecieron otros dueños, pero vamos a seguir entregando”, dijo Lezama Espinosa.

Con la entrega de estas escrituras, los propietarios ya cuentan con garantías para disponer de su propiedad y ejecutar actos de compraventa sin el temor de que no sean validados.

En el caso de la colonia Luis Donaldo Colosio Murrieta, el gobierno federal y otras autoridades locales tuvieron que intervenir para retirarle la propiedad a la Desarrolladora de la Riviera Maya (Derimaya), que por años se encargó de ejecutar los actos de compraventa sin avances.

En lo que respecta a la colonia Cristo Rey, sus habitantes, alrededor de dos mil, algunos de ellos ya regularizados, abren sus posibilidades de atraer mayores recursos para obra pública.

Estos nuevos actos jurídicos también evitarán delitos, como los despojos, que hace algunos años se habían vuelto tan comunes en esos puntos ante la falta de certeza de la tierra.