Todos queremos ser felices, nuestras metas, nuestras expectativas de vida es para llegar a la felicidad. Las decisiones que tomamos, nuestras actividades, las apuntamos hacia el mismo objetivo. Nuestro destino es ser felices y nos pasamos la vida dando tumbos para llegar a ella.

Queremos ser felices a como dé lugar, muchos pensamos que como en los cuentos, al final del arco iris se encuentra una olla llena de monedas de oro y de esta forma se solucionaran todos nuestros problemas.

Por lo contrario, la felicidad, no radica en ir y buscarla, y siempre permanecer allí. De esta forma la búsqueda será eterna, muy cansada e insatisfecha. Porque hoy soy feliz con algo, pero mañana requiero de otra cosa para ser feliz.

Porque la vida tiene momentos en los que nos llenamos de gran felicidad y momentos de tristeza, de angustia, de soledad. Y eso no significa que seamos personas infelices. La búsqueda se puede volver fatigosa si estamos esperanzados que la felicidad la vamos a encontrar en el carro nuevo, en el viaje de los sueños, en los estudios realizados.

Tampoco va a llegar sentados en nuestra casa sin hacer nada, a lo mejor con la visita de mi mamá en vacaciones, o por cientos de likes en las redes sociales o por tener miles de seguidores en twitter o miles de amigos en Facebook o en Instagram, o en el próximo regalo de cumpleaños.

También es un engaño pensar que teniendo más poder o dinero voy a ser feliz. Ni el poder, ni el dinero nos da la felicidad. Muchos tienen todos lo material inimaginable, y como el cuento, piensan que al tener la olla de oro al final del arco iris, serán sumamente felices, los problemas desaparecerán, ya tienen todo resuelto. Curiosamente para muchos de ellos, su vida está llena de sinsabores, los avatares de la vida, los llenan de sorpresas, de luces y sombras, de alegrías y tristezas, y no tienen las herramientas necesarias para tomar soluciones.

No, la felicidad es más compleja y más sencilla por contradictorio que parezca.

La realización personal que es la felicidad nos dice el psiquiatra Enrique Rojas: que se concreta en dos segmentos: 1) Haberse encontrado a sí mismo, es decir, tener una personalidad sólida con la que uno se encuentra a sí mismo; 2) Tener un proyecto de vida.

Es decir, antes que nada, es necesario conocerse muy bien, conocer todas las cualidades y limitaciones que uno tiene, y saber hacia dónde dirigirse, con un proyecto de vida atractivo, muy personal, diferente al de mi amigo, al del vecino, lleno de ilusión, para irlo realizando día con día, momento a momento; planear el mañana, con gran optimismo, teniendo siempre objetivos claros y muy concretos; dándole un rumbo estable a la vida misma.

En este recorrido de la vida, que se van hilando una a una las acciones para ir logrando con todas aquellas oportunidades que nos de la vida, ir consiguiendo la felicidad cotidianamente, sabiendo que es necesario la renuncia y el sufrimiento.  

Existen muchas felicidades pasajeras que las deseamos desde antes de tenerlas; pero después pierden su valor, porque no consiguen llenar nuestro corazón, que está en búsqueda de una felicidad verdadera y segura en la cual podremos tener siempre.