Felipe Carrillo Puerto: Agoniza la herencia cultural ancestral en la Península de Yucatán
La lengua maya es la única que registra una disminución en la cantidad de personas que la utilizan como forma de comunicación.
Lejos de las ciudades turísticas donde las bellezas naturales, adornadas con la cultura maya, generan más de 15 mil millones de dólares cada año, la lengua maya, herencia cultural ancestral, llega a su ocaso.
A pesar de ser la segunda lengua con el mayor número de hablantes en México, la maya es la única que registra una disminución en la cantidad de personas que la utilizan como forma de comunicación.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Península de Yucatán perdió, en los últimos años, 22 mil 862 mayahablantes. El mayor número fue en Yucatán, seguido de Quintana Roo y finalmente Campeche.
Aunque se podría pensar que únicamente se trata de un cambio de residencia hacia otros lugares, las cifras a nivel país revelan lo contrario: de 795 mil 499 personas que había en 2010, quedan solamente 774 mil 755, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, es decir, 20 mil 744 menos.
En contraste, el Náhuatl, primera lengua a nivel nacional, ganó 65 mil 074 nuevos practicantes; el mixteco, 30 mil 555; el zapoteco, 30 mil 150; el tzeltal, 114 mil 846; mientras que el tzotzil sumó 121 mil 106 nuevos adeptos.
Del total de mayahablantes que quedan en México, el 98.68% (764 mil 587) vive en la Península de Yucatán.
La mayoría es yucateca: 519 mil 167, una pérdida de 18 mil 451 personas; otros 174 mil 817 son quintanarroenses, una baja de tres mil 162; mientras 70 mil 603 son campechanos, una disminución de mil 249 personas.
La migración y el turismo, el problema
En la última década, Quintana Roo incrementó su población indígena al pasar de 198 mil 587 en 2010 a 204 mil 949 el año pasado, seis mil 362 personas más.
Sin embargo, el crecimiento se produjo no por un aumento de los habitantes propios, sino por la llegada de grupos étnicos provenientes de otras entidades federativas. Un ejemplo es que, durante ese período, cuatro mil 489 tzeltales cambiaron su residencia a alguna ciudad de Quintana Roo.
Si bien la migración ha propiciado no sólo el aumento poblacional, sino la multiculturalidad y el desarrollo económico propio, gracias a la migración temporal (turismo), también es cierto que el fenómeno a nivel de municipios ha sido uno de los detonantes para la pérdida de la lengua materna.
“Cuando menos aquí en la región peninsular, tal vez más específicamente Quintana Roo, la migración genera un desarraigo en el ámbito comunitario. Al migrar, los que se trasladan tienen la necesidad de incorporar otras formas de comunicación, y en esto no encuentran tan útil la lengua maya. Normalmente ahí se quedan a vivir y se casan con parejas que no son siempre de la región, y a partir de ahí se deja a un lado la transmisión de la maya”, señala Marcelo Jiménez Santos, jefe de la Unidad Regional de Culturas Populares en el estado.
Para José Manuel Poot Cahum, promotor cultural independiente del histórico pueblo de Tihosuco, cambiarse de un lugar a otro no es malo, el problema es cuando el orgullo, la vergüenza y la ignorancia terminan por desplazar la identidad.
“Todo eso orilla a dejar a un lado lo que uno es realmente y comienza adoptar nuevas ideas. Consideran como sinónimo de desarrollo y poder económico, aprender la lengua extranjera, cuando los mismos ‘gringos’ están aprendiendo maya”, platica a Novedades Quintana Roo.
Con cinco mil 228 habitantes, la alcaldía de Tihosuco, en Felipe Carrillo Puerto, fue nombrada en 2017 Patrimonio Cultural e Histórico, que junto con Tulum, son los únicos municipios cuya población étnica no se fue a la baja.
En esa demarcación existen cerca de 200 grupos dedicados a la protección de la cultura maya, por medio del maya paax; música contemporánea en lengua maya: como el reggae y el hip hop; la danza, el arte, la poesía, entre otros, según datos de la Dirección de Cultura y Recreación municipal.
Debe ser prioridad en las escuelas
En Quintana Roo, el aprendizaje debe ser una prioridad y también establecer en ley la obligatoriedad de que en las escuelas de nivel básico se impartan clases de lengua maya.
Así lo considera la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía (ANIPA), quien alista una propuesta dirigida al Congreso del Estado, que permita dar cumplimiento a la Ley General de Derechos Lingüísticos, creada desde 2003.
Hermelindo Beh Cituk, presidente de ANIPA en el estado, considera urgente tomar acciones para contrarrestar la pérdida del maya entre las nuevas generaciones.
“La Ley General de Derechos Lingüísticos tiene por objeto regular el reconocimiento y protección de los derechos individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas, así como la promoción del uso cotidiano y desarrollo de las lenguas en México; sin embargo, nuestros representantes nada han hecho para aplicarla”, lamentó Be Cituk.
Dijo que actualmente, únicamente el Ayuntamiento de Solidaridad tiene un organismo municipal para atender asuntos indígenas, algo que ni Felipe Carrillo Puerto, considerado el corazón de la zona maya, posee. (Con información de: J. Caamal-C. Castillo)
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