Fomentan la ilusión de los Reyes Magos a niños vulnerables de Cancún

Una piñata, rosca de reyes, chocolate y juguetes fueron algunos de los elementos que bastaron para hacer dichosos a un poco más de 30 niños entre uno y ocho años de edad.

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Los Reyes Magos partieron la tradicional rosca con los niños. (Jesús Tijerina/SIPSE)
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Abigail Becerra/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- De las manos de Melchor, Gaspar o Baltazar, decenas de niños de escasos recursos y con situaciones familiares problemáticas, recibieron un juguete que no solo les arrebató una sonrisa, sino que sembró esperanza y bondad en sus corazones.
 
En un panorama devastador y sin muchas oportunidades para vivir una infancia digna, niños de padres indígenas que habitan alrededor del Crucero fueron invitados ayer por la Organización del Apostolado del Divino Niño, conformado por 40 personas de buen corazón que tienen como guía espiritual al padre Rafael Ruiz Padilla, párroco del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, quienes se encargaron de materializar el amor y la gracia de Dios, derramándola entre los pequeños.
 
Una piñata, rosca de reyes, chocolate y juguetes fueron algunos de los elementos que bastaron para hacer dichosos a un poco más de 30 niños entre uno y ocho años de edad.
 
En punto de la 10 de la mañana, cerca del nacimiento al interior de la iglesia esperaban puestos en sus lugares los tres Reyes Magos, vestidos con vistosos atuendos invitaban a los niños a acercarse.
 
“Acérquense”, rompió el silencio el rey más morenito, “Somos los reyes magos que venimos de ver al niño Dios en Belem y él nos encargó que les diéramos una sorpresa”, continuó el Rey Gaspar.
 
“Sí, piñata, rosca, chocolate y juguetes es lo que hemos traído hoy para ustedes”, expresó Melchor.
 
Entre risas y empujones, los menores perdieron la pena y se acercaron al nacimiento para tomarles fotos improvisadas con las cámaras de los celulares de los organizadores. 
 
Muchos de los niños movidos por su curiosidad, intentaban ver quienes eran esos hombres bajo las barbas postizas que portaban, otros tocaban los disfraces suaves y coloridos, pero los más grandes les comunicaban la lista de juguetes que deseaban tener.
 
En hilera fueron llevados al patio del Santuario y después de cantar una canción al Niño Jesús y formar un círculo, desde los más chiquitos a los más grandes apalearon la piñata, que brincaba y se balanceaba descontrolada por la cuerda con la que fue sostenida.
 
Al caer la piñata al suelo fue tomada de inmediato por Baltazar quien con la ayuda de los otros dos reyes lanzaron al aire los dulces donde afanosos los pequeños hicieron su colecta. 
 
En el comedor el sacerdote Rafael dio gracias a Dios por las manos y el esfuerzo de las personas que donaron las roscas y prepararon el chocolate, mientras tanto los pequeños apresurados desayunaban porque ya sabían perfectamente que les harían entrega de su regalo.
 
En dos filas, niños y niñas emocionados miraron como de la bolsa se asomaban los juguetes, la mirada de Aleida se concentró fija en un juego de té, un brillo especial en su cara se notó y en voz bajita murmuro: “si sabían lo que quería”.
 
El regalo llegó a sus manos y lo contempló por mucho tiempo, una pequeña lágrima se escapó de su ojo derecho y procurando que nadie la descubriera la limpio, abrazó a su hermanita quien iba con ella y salieron del lugar.
 
En este día la Organización del Apostolado del Divino Niño visitará la iglesia de Santo Toribio, San Patricio, San José y varias regiones de la ciudad para llevar alegría a más niños en situación vulnerable.

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