Actividad económica, en su peor descenso
La rivalidad EEUU-China alcanza su peor momento...
ACTIVIDAD ECONÓMICA DE MÉXICO CAE 21.6% EN MAYO; ES SU PEOR DESCENSO DESDE QUE HAY REGISTRO. El Índice Global de la Actividad Económica de México (IGAE) registró en mayo un descenso de 21.6% anual, segundo mes de confinamiento por el COVID-19, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El dato representa su segundo mes consecutivo en registrar mínimos históricos. En abril, el indicador descendió 19.6%. Con este resultado, la actividad económica del país acumula trece meses consecutivos en terreno negativo. Además, refleja las afectaciones por la pandemia causada por la nueva cepa de coronavirus.
En su reporte mensual, se observó que dos de los tres los sectores de la economía mexicana presentaron descensos durante el quinto mes del año. El sector industrial retrocedió 29.7% a tasa anual durante mayo del presente año. Esta caída es igual a la registrada el mes y es la más profunda desde que hay datos (1993).
En este mismo sentido, el sector terciario descendió 19.1% en el quinto mes del año respecto al mismo periodo de 2019; es su peor contracción desde que hay datos disponibles. Por su parte, el sector agrícola subió 2.5% anual, su mayor desde marzo del presente año, cuando ganó 8.1%.
A tasa mensual, la actividad económica mostró una disminución de 2.6% en términos reales en el quinto mes del presente año respecto al mes previo, con cifras desestacionalizadas. Por grandes grupos de actividades, las secundarias cayeron 1.8 %, las terciarias en 3.2% y las primarias subieron 1.6% durante mayo de 2020 frente al mes precedente.
LA 'RIVALIDAD' CHINA-EUA ALCANZA SU PEOR MOMENTO EN 4 DÉCADAS. Cuatro décadas después de que Estados Unidos estableciera relaciones diplomáticas con la China comunista, las tensiones entre ambas naciones pueden haber alcanzado un momento crucial.
Ha sido un camino que siempre fue complicado debido a que las ambiciones de la superpotencia en ascenso chocaban cada vez con más frecuencia con los de la superpotencia establecida.
China ordenó el pasado viernes el cierre del consulado estadounidense en la ciudad suroccidental de Chengu, en una veloz represalia por el cierre de su consulado en Houston. Hace dos semanas, el ministro chino del exterior, Wang Yi, preguntó en voz alta si las relaciones podrían mantenerse normales. El jueves, el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, respondió: llegó la hora de cambiar de curso.
“El viejo paradigma del compromiso ciego con China simple y sencillamente no funciona”, dijo Pompeo en un discurso en la Biblioteca Presidencial Richard Nixon en el sur de California. “No debemos mantenerlo. No debemos volver a él”.
Un nuevo dirigente, Deng Xiaoping, visitó Estados Unidos en 1979 después del establecimiento de los lazos diplomáticos y sonreía para los fotógrafos mientras se probaba un sombrero de vaquero en Texas. El consulado de Houston cerrado en fecha reciente había abierto el mismo año. Era el primero de China en Estados Unidos.
Una vez que se volvió la segunda economía más grande del mundo después de Estados Unidos, China ha sido considerado cada vez más como una contrincante de Estados Unidos, tanto en lo económico como en lo militar, y representa un posible desafío al modelo democrático predominante que encabeza Occidente desde la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
El año electoral en Estados Unidos atiza las tensiones y el presidente Donald Trump parece aprovechar las fricciones con China para agitar el apoyo entre su base de simpatizantes. Se reelija Trump o no en noviembre, es una situación que no eliminará las persistentes diferencias.
“Estamos examinando un cambio estructural en la relación, que tendrá continuidad incluso si Trump no consigue un segundo periodo”, dijo Steve Tsang, director del Instituto de China en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos en Londres.
En el plano militar, los barcos de guerra estadounidenses y chinos a menudo rivalizan en el mar de China Meridional. En lo económico, Estados Unidos busca el apoyo de sus aliados para excluir al líder de telecomunicaciones chino Huawei de las redes de telefonía celular, con el argumento de la ciberseguridad. En el ámbito de los derechos humanos, Estados Unidos decidió imponer sanciones por las políticas de China hacia Hong Kong, el Tíbet y Xianjiang.