Furtivos, un dolor de cabeza; inicia la veda de langosta en Cozumel

Los pescadores no regulados saturan el mercado y ponen en riesgo a la especie.

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Furtivos, un dolor de cabeza; inicia la veda de langosta en Cozumel. (Gustavo Villegas/SIPSE)
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Por cada tonelada de langosta que extraen los pescadores regulados en Cozumel y la Bahía del Espíritu Santo, los furtivos y no regulados extraen una tonelada más, lo que no solo satura el mercado, sino que pone en riesgo a esta especie.

José Ángel Canto Noh, presidente de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Cozumel S.C. de R.L., agregó que la afectación no solo es económica, sino ambiental, ya que esos pescadores que no son vigilados, obtienen los productos marinos sin respetar las temporadas de vedas, que en el caso de la langosta inicia esta semana y permanecerá hasta el 30 de junio.

Se están acabando los recursos pesqueros y si no se atiende esta situación, en unos años nadie podrá vivir de esto… ni siquiera ellos porque en muchas ocasiones extraen más que nosotros”, recalcó.

El presidente de los pescadores de la isla detalló que la producción que ellos se imponen para no acabar con la especie y darle tiempo a que se recupere, es de 37 toneladas en el caso de la bahía y 15 para la ínsula, lo que hacen un total de 52 toneladas totales que se pescan entre los meses de julio a febrero de cada año.

El 2023-2024 fue un año productivo en cuanto al tonelaje, si se toma en cuenta que la meta era de 44 toneladas, pero los precios han descendido en un 40%, afirmó para de inmediato hacer la comparación del precio de la temporada 2022-2023 que fue de mil 200 pesos para la cola de langosta.

Desde su punto de vista, esta baja en los precios tiene dos factores, el primero que inició en el 2020 con el cierre de muchos restaurantes y comercios por el impacto de la pandemia de Covid-19 y en segundo lugar, la pesca furtiva que se incrementó ese año a partir del permiso de las autoridades a la población para pescar este y otros productos marinos para subsistir en la pandemia ante la pérdida de empleos.

Actualmente, explicó, el mercado está saturado por causa de la captura y el comercio ilegal de la langosta, lo que como productores les impactan, pues su precio de venta disminuye.

Puso como ejemplo de esa saturación el que en los cuartos fríos de la cooperativa en este momento tenga un stock de hasta siete toneladas, cuando antes quedaban al cierre de la temporada unas cuantes decenas de kilos.

La langosta se ofrece en redes sociales. Hay mucho producto ilegal de toda clase que sin importar las vedas se captura y no permiten la recuperación natural de las especies. Lo vemos reflejado en los inicios de la temporada que comienza en julio. Esas personas lo ofertan a un precio menor que el de nosotros y con una talla también menor”, remató.

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